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La Vida literaria (Madrid)

Almanaque de La Vida literaria, en. 1899
Literatura
Concebida como suplemento literario de Madrid cómico (1880), surge de una escisión de este periódico para convertirse en una revista semanal autónoma, cuyo propietario y administrador será Bernardo Rodríguez Serra, y que será dirigida en sus primeros once números por Jacinto Benavente, alejada totalmente de las cuestiones políticas y afiliada al movimiento modernista. En su artículo de presentación señala que en ella tienen cabida los escritores y artistas jóvenes, junto a los “viejos sostenedores” de la literatura española y otros extranjeros, especialmente los de América latina. Sus páginas darán abrigo a textos de crítica y de creación literaria, tanto en prosa como en verso, además de narraciones y comedias breves y algunas traducciones, y otros dedicados al arte, la pintura, la música, la bibliografía, junto a algunos epigramas y leyendas. Será asimismo un periódico ilustrado con dibujos que acompañan a dichos textos, algunos de ellos humorísticos, y también de fotografías de vistas o de retratos de actrices o escritores. Además del propio Benavente, se dan cita en esta revista literaria un largo elenco de colaboradores, entre los que se encuentran Leopoldo Alas Clarín (que se hará cargo posteriormente de la dirección), Rubén Darío, Vicente Medina, Antonio Palomero, Luis Taboada, Gregorio Martínez Sierra, Armando Palacio Valdés, Miguel de Unamuno, Ramón María del Valle Inclán, Manuel Machado, Tomás Carretero, José María Dotres, Eusebio Blasco, Bernardo G. de Candamo, Federico Urales, Pedro Corominas, Eugenio de Castro, Ramiro de Maeztu, José G. Vaso, Rodrigo Soriano. También aparecen textos de Jacinto Verdaguer, Paul Hervieu, Schelley, Volkmann, Gabriele D’Annunzio o del Marqués de Figueroa. Entre los dibujantes e lustradores se dan cita Ramón Casas, Xaudaró, Marín, Villar, Nonell, Sancha, Leal de Cámara, Medina Vera, G. Faura, Torres García o Víctor Martínez. Cada portada está dedicada íntegramente a un dibujo impreso en varias tintas y sus páginas centrales la ocupa una lámina que reproduce obras maestras de la pintura. En total publicó 31 números de entre 16 y 18 páginas, desde enero a agosto de 1899, excepto el primero, que es de 36 páginas, al ser encabezado como Almanaque de La vida literaria.