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El Solfeo (Madrid)

Revistas satíricas y humorísticas || Periódicos
Aunque utilice términos musicales en su redacción, como en el propio título y subtítulo, se trata de un periódico de marcado carácter político y tendencia cripto-republicana que, al ser proscrita esta prensa tras el golpe del general Arsenio Martínez Campos en Sagunto y la consiguiente restauración de la dinastía borbónica en la persona de Alfonso XII, adopta un carácter cómico-serio, satírico y humorístico. Dirigido por el federalista Antonio Sánchez Pérez, intentará ser punto de encuentro entre las diferentes facciones del republicanismo español y sus textos mostrarán una elevada altura literaria. Comenzará apareciendo cuatro veces al mes, y tras una breve suspensión en julio de 1875 por parte del gobernador civil, pasa a ser diario a partir de octubre de este año, cambiando su subtítulo “bromazo periódico para músicos y danzantes” a “bromazo diario…”, con números de cuatro páginas. Contendrá artículos, revista de prensa, noticias y crónica de teatro, la mayor parte tratados con estilo joco-serio, así como grabados de caricaturas políticas y de costumbres. Alterna entre textos breves y artículos de fondo, tanto en prosa como en verso. El principal de sus redactores será Leopoldo Alas, recién llegado a Madrid, que firmará también con el seudónimo Zoilito y comenzará también a utilizar el de Clarín. Incluirá una sección titulada “Correspondencia del exterior”, en donde colaboran republicanos en el exilio, como el propio Nicolás Salmerón o Ángel Fernández de los Ríos, asiduo este en sus páginas desde su corresponsalía en París. También se dan cita en sus páginas Gumersindo de Azcárate, Armando Palacio Valdés, Luis Taboada, Eusebio Sierra, Antonio Sánchez Ramón, Eusebio Moya Bolivar, Ricardo Becerro y Eladio Lezama, apareciendo otros textos firmados con los seudónimos Compasillo, Clarinete y Maestoso. Antes de desaparecer, en 1878 se subtitula “diario democrático de la mañana”, adscribiéndose a este partido, incluyendo ya la sección “Correo de provincias” y una breve de “Espectáculos”, así como un folletín propio, además de los anuncios comerciales del faldón de su última página. Desparece este último año para ser continuado por La unión, título que dirigido por el mismo Antonio Sánchez Pérez, hace alusión al intento de unificar las dispersas tendencias republicanas españolas. Editó también un Almanaque anual.