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Revista de tropas coloniales

Africa (Madrid)
África
Publicada a partir de enero de 1924, con frecuencia mensual y el subtítulo “propagadora de estudios hispano-africanos”, es fundada y dirigida por el entonces general de brigada y comandante general de Ceuta Gonzalo Queipo de Llano (1875-1951), apareciendo como los dos miembros de su consejo de dirección el entonces teniente coronel y primer jefe de la Legión y futuro Jefe del Estado español, Francisco Franco (1892-1975) y el también militar Silverio Cañadas, y director artístico, el capitán de artillería Luis Martí, congregando en sus páginas al grupo de militares africanistas que después conspiraría contra la II República Española e integraría el grueso de golpistas del 18 de julio de 1936. La revista supuso el rompimiento de los lazos del africanismo romántico de la Restauración, pasando a canalizar una nueva doctrina de acción político-militar, propiciando un discurso crítico con el africanismo precedente a través del cual una serie de mandos del Ejército se creen obligados a intervenir en la resolución del denominado problema marroquí y colonial español. Franco, que dos años antes había publicado su libro Marruecos: diario de una bandera, narrando sus peripecias como comandante de la primera bandera del Tercio, llevará a cabo a través de esta revista su primera y prolongada experiencia periodística de su vida -posteriormente, en los primeros años de la posguerra civil española escribirá algunos artículos, bajo seudónimo, en el diario madrileño Arriba, además de su libro Raza-, siendo de capital relevancia el artículo que publica en el número de abril de 1924 bajo el título “Pasividad e inacción”, en el que muestra su enfrentamiento con la política marroquí del Directorio Militar primoriverista que se había erigido pocos meses antes. Las desavenencias de este grupo de oficiales en Marruecos con Miguel Primo de Rivera (1870-1930), en torno a una revista constituida como órgano político de presión del militarismo africanista contrario a replegarse, originará pronto el traslado de Queipo de Llano a Cádiz y su sustitución como comandante general de Ceuta por el general Luis Bermúdez de Castro y Tomás (1864-1957), que en el número de julio de 1924 de la revista aparece como director honorario, mientras que Queipo lo hace como fundador, regresando éste de nuevo a las pocas semanas a Marruecos. Franco asumirá la dirección de la publicación en enero de 1925, apareciendo como su primer redactor-jefe, el comandante de infantería José Valdés Martel, y como su primer editor, Arturo Sierra Serrano. Durante los meses de septiembre a diciembre de este año, quien ya había sido ascendido a coronel y acrecentado su fama como “soldado audaz” y convertido ya en “caudillo” militar, publicará en sus páginas su nuevo diario –Alhucemas-, con apuntes al natural de Got y acompañado también de dibujos, mapas y fotografías. Para entonces la revista ya había sido declarada de “utilidad” por orden del Ministerio de la Guerra. Las páginas de la publicación estarán dedicadas a artículos de tipo doctrinal y divulgativo, pero también sobre estrategia, táctica y operaciones militares, junto a otros de naturaleza político-militar y carácter histórico, tanto de las fuerzas militares, especialmente las coloniales, como de historia general, en concreto sobre la España árabe, de costumbres marroquíes, asuntos indígenas, religiosos, antropología, arqueología, cartografía, arte, sobre comunicaciones, economía, industria, sanidad e, incluso, deportes. También publica artículos y reportajes sobre las diferentes plazas militares españolas en el Norte de África o sobre la política colonial francesa. Incluye secciones como “Leyendo periódicos”, especie de revista de la prensa española; Comentarios a la prensa extranjera, Charlas bibliográficas o Revista de libros, La España musulmana, Marruecos pintoresco o Marruecos artístico. En el grupo inicial de redactores y colaboradores de la revista, además de los ya citados Queipo de Llano y Franco Baamonde –así aparece escrito su segundo apellido de quien será ascendido a general en 1926, siendo el más joven de su rango en Europa-, se encuentran , entre otros muchos, el entonces teniente coronel de infantería Emilio Mola, el general de brigada Leopoldo Ruiz Trillo, el comandante de Estado mayor Abelardo Amil Soto, el auditor de división Manuel del Nido, el coronel de infantería Fermín Galán, el comandante del cuerpo jurídico Antonio Martín de la Escalera, Ramón Franco, Francisco Patxot, Fermín Villalta, Rodolfo Gil Bemumeya Torres, Antonio Goicoechea, José Díaz de Villergas, Tomás García Vigueras, F. Javier Ramos, A. Sánchez Pérez, F. Machuca, J.D. Valenzuela, L. Ruiz Trillo, Felipe Acedo, Alberto Vela, Julio Arbizu, Alfredo Arderius, Juan Valdés, Enrique Ovillo, Enrique Castillo, Alberto Bayo, Federico Pita, José Asenjo, Jacinto Bassols, Enrique Arques, Andrés Allendesalazar, Tomás García Figueras, Luis Pardo, Baldomero Argente, Augusto Barcia, El Tebib Arrumi, o Ramiro de Maeztu, quien escribirá que el Ejército era el “brazo de la unidad nacional” y el garante del “sentimiento de la historia común”. El volumen de cada entrega es variado, alcanzando hasta las setenta páginas algunas, sobre todo cuando inserta numerosas páginas de publicidad. En general, cada número está en torno a las 26-28 páginas. Las portadas son ilustradas, impresas a varias tintas, con dibujos y acuarelas del pintor granadino Mariano Bertuchi (1884-1955), que había asumido la dirección artística en julio de 1924 y que lleva a cabo una importantísima labor artística y divulgadora dando cuenta tanto de numerosas escenas militares como de costumbres marroquíes en el interior de la revista. La publicación de fotografías, tanto de vistas como ciudades marroquíes, retratos de mandos militares españoles o dirigentes marroquíes, así como los mapas y croquis es también abundante y de capital importancia, tanto histórica como cartográfica. Fue estampada por la Editorial Hércules Artes Gráficas, que tenía delegaciones, además de en Ceuta, en Tetuán, Tánger, Casablanca y Madrid. En la colección de la Biblioteca Nacional de España falta su primer número. A partir de febrero de 1926 cambia su título al introducir en su cabecera el nombre de África. Véase este título en esta misma Hemeroteca Digital de una revista que, manteniendo la misma estructura y contenidos del mismo carácter, seguirá siendo sostenida por el grupo de militares africanistas encabezados por Queipo y Franco, quien seguirá siendo su director.