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El Semanario murciano

Cultura
Con el subtítulo de “revista científica, literaria y artística” dio cabida a los textos de un nutrido grupo de literatos, eruditos y profesores de la provincia que la colocaron en un alto estadio de la prensa local, siendo su propietario y director Antonio Hernández Amores, quien la derivó hacia sus posiciones políticas, afines al artífice del golpe militar que dio paso a la Restauración, el general Martínez Campos. Su consejo de redacción estuvo integrado por los hermanos José y Gabriel Baleriola López (que probablemente fue su director literario), Tomás Maestre y el poeta Ricardo Sánchez Madrigal. Incluye artículos sobre literatura, ciencias, medicina, higiene, artes, historia, arqueología, biografía, costumbres, festejos, agricultura, industria, comercio, adelantos técnicos y misceláneas, así como crónicas y noticias, además de traducciones y anuncios. Entre sus colaboraciones resaltan las histórico-literarias de Andrés Baquero Almansa, entonces bibliotecario de San Isidro en Madrid, especialmente las biografías de murcianos ilustres (arquitectos, pintores, grabadores) y las de su sección “Rebuscos”; las de arqueología yeclana del escolapio Carlos Lasalde; las de arqueología y arte regional de Javier Fuentes; las del catedrático de Física Olayo Paz, junto con las poesías de Ricardo Gil, Virgilio Guirao, Sánchez Madrigal, Blanco y otros vates y eruditos locales, como Zacarías Acosta, José Pío Tejera y Marín Baldo. También colaboraron los murcianos Antonio Arnao y José Selgas y José Amador de los Ríos En números de ocho páginas y a dos columnas, su diseño fue obra de Rodolfo Carles, quien también firmó la sección “Crónica de la semana”. Empezó a editarse el 17 de febrero de 1878 y acabó en enero de 1882. Su colección comprende 199 entregas que, al final, incluye un índice general de sus cuatro tomos. Al principio fue impresa en la Tipografía de Anselmo Arques, y a partir de su número 32 en el Establecimiento Tipográfico de La Paz.