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La Reclam taurina

La Reclam
Toros
“Revista defensora de la afición”, tal como indica su subtítulo, que comienza a publicar en Valencia, en 1926, el periodista y escritor Manuel Soto Lluch (1894), como continuación, en parte, de La reclam, que había fundado en 1921 y de la que era propietario y director. Aparece cada sábado en números de doce páginas y al precio de 15 céntimos, con crónicas, noticias y comentarios sobre la fiesta de los toros tanto de Valencia como del resto de España. Además de los textos escritos por el propio director, bajo su seudónimo Quiroga, cuenta con la colaboración de otros revisteros taurinos y corresponsales en la diversas capitales de provincia, como Pascual Cardona, Rogelio Belmonte o Pepe Gómez, o los que escriben bajo seudónimos, como TT.TT., Patucolla, Latiguillo-Chico, Currillo, Sotillo, Alegrías, Don Kus, Don Jindama o Paquillo, entre otros muchos. Como periódico taurino ilustrado su primera página siempre está ocupada por grandes fotografías de toreros o de lances de las corridas de toros, y sus crónicas y reportajes también incluyen numerosas fotografías. Cuenta con secciones como Puntazos, Por la puerta grande, Radio cornadas o Notas cómicas, pues también adquirió cierto tono humorístico. Publica también una Guía taurina (matadores, rejoneadores, cuadrillas, becerristas, etc.) y, a modo de folletín, la obra Arte de torear a pie y a caballo, de Francisco Montes. La publicidad es, sin embargo, escasa. Destaca en esta, como en las demás publicaciones de Soto Lluch, la presencia del dibujante, caricaturista, cartelista, periodista e intelectual ácrata Juan Pérez del Muro Sánchez (México: 1895 – Barcelona: 1949), autor, además de los grabados de las cabeceras, de numerosos dibujos y caricaturas, como especialista especializado en temas taurinos y gran colaborador que fue de la prensa valenciana de la época antes de recalar en Barcelona, publicando asimismo textos en La reclam taurina y contando, incluso, con una sección propia, La nota cómica del domingo. Durante la dictadura primoriverista, la revista estuvo revisada por la censura. Más adelante redujo a ocho su número de páginas y su precio, a diez céntimos el ejemplar, pero manteniendo su carácter muy ilustrado y de textos de gran interés tauromáquico. En la colección de la Biblioteca Nacional falta el año 1927, salvo el número del 8 de enero. El último número corresponde al 24 de octubre de 1931, desconociéndose si siguió publicándose durante algún tiempo más.