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Éxito gráfico

Artes gráficas
Revista mensual sudamericana de artes gráficas, tal como expresa su subtítulo, comienza a ser publicada, en septiembre de 1905, por la bonaerense Casa Editorial Curt Berger y Compañía, a la que, en 1891, había llegado a trabajar como tipógrafo el destacado dirigente anarquista, escritor y periodista barcelonés Antonio Pellicer Paraire -en algunas referencias, Pereyra- (1851-1916), que la dirigirá. Tanto por lo literario y tipográfico como por los materiales empleados en su confección y estampación y, también, por su encuadernación, Estela Maris Fernández (2004), que ha analizado las revistas técnicas argentinas de entresiglos dedicadas al arte y a la industria gráfica, le ha asignado a esta una perfección y pulcritud singular, en el marco del movimiento modernista, junto a otras, como Páginas gráficas, Ecos gráficos o La Noografía (1898-1899), que el mismo Pellicer también había dirigido. Estampada en los Talleres de Fessel & Mengen, con una minerva Victoria, y en entregas de paginación variada y foliación seguida, y con una profusión de alardes tipográficos y de impresión muy significativos, está dedicada al fomento de las artes e industrias gráficas en Sudamérica, con especial atención a Argentina, que vivía una auténtica revolución en este campo. Su propósito era que quedaran registradas en sus páginas todas las novedades, inventos o ensayos que se llevaran a cabo en la industria gráfica internacional. Sus textos estarán intercalados con grabados de artefactos de imprimir, como es el caso de las rotativas o las nuevas máquinas de componer. Será una publicación que ofrecerá también conocimientos técnicos y estilísticos a impresores, tipógrafos, litógrafos, fotógrafos, grabadores, dibujantes, encuadernadores y a cuantos oficios intervienen en la industria de las artes gráficas, desde generalidades sobre el arte de imprimir hasta aspectos técnicos o mecánicos del mismo. Pero asimismo dedica espacio a congresos y exposiciones y a estudios sobre ex libris, ediciones rarísimas del Quijote o al Museo de las Artes Gráficas de Leipzig, y publica, por entregas, un Vocabulario de tipografía y ramos anexos, de Virginio Colmegna La revista dedica también atención a los aspectos gremiales y a la enseñanza profesional, e incluye como suplemento interno un Boletín oficial de la Sección Artes Gráficas de la Unión Industrial Argentina, con actas e informes sobre condiciones y reglamentación del trabajo, tarifas de salarios, legislación del sector o información sobre sus asambleas, y desde sus páginas se impulsará la creación del Instituto Escuela Argentino de Artes Gráficas, del que Pellicer –considerado el patriarca de los noógrafos argentinos- será presidente. A modo también de suplemento artístico y fuera de texto, publica litografías y fotograbados de reproducciones, dibujos y fotografías, utilizando para ello papel especial –como el glacé y el Guttenberg- y técnicas diversas, como el bicolor, la tricromía, la autotipia y la citocromía o cuatricomía. De la revista resaltan también los adornos y viñetas de corte modernista, así como la confección visual de sus anuncios comerciales y los administrativos de la propia publicación. Al final de cada número indica las especificaciones técnicas de su elaboración: tipos de papel usados, gramaje, tintas, composición, confección e impresión, tanto de sus cubiertas como de sus páginas interiores. La colección de la Biblioteca Nacional de España está formada por sus primeros 24 números (se suspendió temporalmente en noviembre-diciembre de 1906 por una huelga de trabajadores de artes gráficas), correspondiendo el último a noviembre-diciembre de 1907, formando dos volúmenes bianuales, con índices. Hay referencias de esta revista hasta su número 124, de 1916.