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Las Ánimas (Madrid)

Periódicos || Revistas satíricas y humorísticas
Con el subtítulo “periódico joco-serio y algún tanto reaccionario”, fue fundado y redactado por Diego Bahamonde y de Lanz, futuro marqués de Zafra (1878), junto a sus hermanos José y Miguel, siendo un semanario, que salía cada lunes, de carácter político-satírico, pero también crítico-noticioso, que, con una vida de apenas medio año, publicó 22 entregas, de cuatro páginas cada una, compuestas a dos columnas, desde el uno de marzo al 26 de julio de 1869, tras las elecciones que dieron paso al proceso constituyente constitucional democrático. El primer número fue estampado en la Imprenta de Florencio Gamayo y Sicardo, y los restantes en la también madrileña de Enrique de la Riva. Fue un periódico en el que sus redactores imprimieron su ideología conservadora (católica y dinástica y por tanto a favor de la reina depuesta) y cuya cabecera será ocupada por un grabado en la que aparecen tres teas (con los nombres de los principales artífices de la revolución septembrina, los generales Serrano, Prim y Topete) que prenden fuego a una alegoría de la propiedad, la corona, el clero, la justicia y la economía. Denominaba “almas benditas” –de ahí el título que adoptó- a “los templos, los sacerdotes, las vírgenes del Señor, la caridad cristiana, la moralidad pública, la doctrina, la unidad de nuestro culto”. Será contra los progresistas, como el regente Serrano o el ministro de la Gobernación, Práxedes Mateo Sagasta, contra los que fueron destinados los textos, tanto en prosa como en verso, que aparecieron publicados en sus páginas, pero sus dardos son también dirigidos contra la prensa democrática, a la que acusa de difundir “veneno” a las masas. Los textos no van firmados, y fue Hartzenbusch (1894) quien adscribió la autoría a los hermanos Bahamonde y de Lanz. Asimismo, el artículo Los triunviratos (nombre por el que eran conocidos los republicanos Castelar, Pi y Margall y Figueras), publicado en su entrega del 19 de abril, ha sido atribuido a Aureliano Fernández-Guerra. Su última entrega comienza con un artículo con el epígrafe El último Juan, que probablemente fue dirigido contra Prim, que comenzará a buscar pretendiente a la Corona de España establecida por la Constitución. Diego Bahamonde fue autor de algunas obras y colaborador, entre otros periódicos, del diario monárquico La Época y de El Nacional (1903). Entre 1916 y 1917 será senador por Alicante.