« Volver

La Malva (Madrid)

Revistas satíricas y humorísticas || Periódicos
‘Periódico suave aunque impolítico’ era el subtítulo de esta publicación satírico literaria cuyos redactores firmaban los artículos con nombres como como Fulano, Mengano, Zutano, Perengano y El Tonto de Marras. Sin embargo, detrás de algunos de estos pseudónimos se encuentran dos de los grandes novelistas del siglo XIX, Juan Valera y Pedro Antonio de Alarcón, cofundadores de la publicación junto con Miguel de los Santos Álvarez. De cuatro páginas y de vida breve -sólo se publicaron 18 números (falta el primero en la colección de la BNE)- el periódico era un batiburrillo de noticias de contenido cultural y social así como de rumores, dado que los redactores no tenían reparo en hacerse eco de todo cuando se decía en los mentideros madrileños, aunque tuvieran que desdecirse con posterioridad. Aunque su contenido no era político, el periódico no se libró de la censura. En el número 10 de 15 de diciembre de 1859 incluye esta advertencia en su primera página: “El presente número de La Malva no es obra exclusiva de la redacción. Una mano extraña, aunque amiga ha intervenido en él. Retiramos lo que el lápiz encarnado tachó: damos las gracias al lápiz encarnado e insertamos el resto”. Una sección de La Malva se destinaba a recoger y comentar la información que daban otros periódicos, pero lo que más caracteriza a esta publicación son los artículos atribuidos al novelista y crítico Juan Valera. Hasta cuatro artículos han sido identificados como suyos. Valera, respetuoso pero crítico con ciertos aspectos de la filosofía alemana, se burla en algunos artículos de la jerga empleada por el krausismo, corriente filosófica alemana que había traído a España el catedrático Julián Sanz del Río. En su artículo titulado ‘Fragmentos filosóficos’, publicado el 10 de enero de 1860, arremete satíricamente contra Sanz del Río sin nombrarlo. Puede seguirse la polémica de la época con esta corriente de pensamiento con la lectura del libro ‘Tradicionales y moderados ante la difusión de la filosofía krausista en España’, de José Manuel Vázquez-Romero. Por otra parte, La Malva llevaba en su cabecera el grabado de esta flor. El lector puede preguntarse la razón de ello. Aunque no hay una declaración explícita es fácil deducir, pues sólo unos años antes el estudiante de química inglés William Henry Perkin había hallado por casualidad el primer tinte sintético de la Historia, el color malva. La moda del malva fue durante esos años arrolladora. No es difícil ver, por ejemplo, a la Reina Victoria de Gran Bretaña y a la emperatriz de los franceses Eugenia de Montijo luciendo vestidos de ese color. La década de 1850 fue la década del malva. [Descripción publicada el 25/03/2019]