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El Progreso (Nueva York)

Cultura
Con el subtítulo “revista mensual ilustrada de todos los conocimientos humanos”, comienza a publicarse el uno de enero de 1884 en Nueva York. En su artículo de presentación expresa que su objeto principal “es dar a conocer en español lo principal que se publique en idiomas extranjeros, especialmente lo que se refiere a invenciones y adelantos en mecánica, industrias, artes”, etc., y añade que la “política, la medicina y la religión” tendrían también sus secciones correspondientes, definiéndose la publicación como “un campo neutral” donde puedan exponerse libremente las ideas. Publica textos, acompañados de grabados, sobre inventos mecánicos, motores, máquinas, comercio, industria, agricultura, ciencias, medicina o estudios de población y emigración, y estadísticas, sobresaliendo entre sus grabados los del Puente de Brooklyn y el de la Estatua de la Libertad, que ofrece a toda plana. Pero también inserta otros sobre psicología, filosofía y religión, alguna información sobre espiritismo y masonería, revistas de política (española, norteamericana e hispanoamericana), revista de prensa con comentarios críticos, bibliografía y, al final, alguna narración literaria. Sus entregas, compuestas a dos columnas, son, generalmente de veinte páginas, aunque posteriormente las aumenta hasta las veinticuatro ocupando las últimas anuncios publicitarios. Su editor y director es el pontevedrés Ramón Silvestre Verea García, nacido en Curantes, Estrada, el once de noviembre de 1833, que desde 1882 venía siendo el propietario de la neoyorkina Imprenta El Polígloto, imprenta española y extranjera, que contaba con numerosos tipos, pues procedía de la New York Printorium, con veinticinco años de antigüedad, y que ofrecía servicios como la traducción e impresión en todos los idiomas o la exportación de maquinaria de impresión, y en donde estaba establecida la redacción y administración del periódico. La personalidad del emigrado y exagustino Verea García imprime el carácter singular de esta publicación. Había emigrado a Cuba en 1855 y en su ciudad de León llega a dirigir un periódico, trasladándose diez años después a Nueva York, en donde se le reconocerá, en 1878, la invención de una singular e importante máquina de calcular. Ya había escrito algunas obras literarias cuando comienza a editar El progreso, en donde se advierte no sólo una actitud crítica con el sistema político de la Restauración española, desde una posición liberal y republicana, sino su anticlericalismo. Verea García es un librepensador, cuyo periódico neoyorkino es tildado por la prensa católica de ser similar a los semanarios madrileños Las dominicales del libre pensamiento (1883-1909) y El motín (1881-1926), siendo acusado él de ateo. La colección de El progreso en la Biblioteca Nacional de España consta de dieciocho números, correspondiendo el último a junio de 1885. Pero debió seguir publicándose tras esta fecha, por lo menos tres años más. Verea recopilará sus artículos periodísticos en un volumen titulado Contra el altar y el trono (1890) y se sabe que en 1891 le acompañó en la redacción de su periódico el escritor venezolano José María Vargas Vila (1860-1933). En 1895 marcha a Guatemala y dos años después a Buenos Aires, iniciando de nuevo la publicación de El progreso en esta ciudad a partir de enero de 1898. Muy conocido en los círculos intelectuales de la emigración y de Hispanoamérica, Verea García fallecía escaso de recursos en Argentina, el seis de febrero de 1899.