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El Mortero (Madrid)

Revistas satíricas y humorísticas
Es fundado y dirigido por el maestro nacional Juan Fraile Miguélez y aparece el uno de julio de 1894. Con el subtítulo “machaqueo semanal satírico ilustrado de primera enseñanza”, es una publicación especializada que combina la información formal sobre educación con textos y comentarios de estilo crítico-festivo sobre los mismos asuntos. En sus primeros números inserta un manual para aspirantes a maestros y la colección de la Biblioteca Nacional comienza en su tercer año de publicación, en enero de 1896, con un número especial dedicado a los niños, en el que inserta una partitura musical, al final, y cuyos beneficios de venta son donados a la Caja de Beneficencia del Magisterio de Primera Enseñanza. Sus entregas son de 16 páginas, compuestas a una columna, y aparte de algunas viñetas decorativas en su interior, su ilustración se reduce a un grabado en la portada, generalmente retratos o caricaturas de maestros, maestras, directores de centros de enseñanza y de periódicos dedicados a la enseñanza, algún personaje célebre relacionado con la materia o el ministro del ramo de turno, sobre los que introduce una semblanza. Cada entrega comienza con el sumario y frece sobre todo información y noticias sobre el movimiento, vacantes, oposiciones y nombramientos del personal docente; y tiene diversas secciones que mantendrá a lo largo de su vida, como Machaqueo y Morterazos, escritas con estilo desenfadado y firmadas por Fray Mortero y Fray Miguélez, respectivamente, seudónimos del director, que utiliza también el de Fray Juan de Miguel, aún no siendo religioso, como si lo era su hermano Manuel, que era agustino. Otras seccione son Crónica enciclopédica, en donde ofrece textos de divulgación de esta índole y de inventos; una oficial con disposiciones y legislación sobre enseñanza, otra bibliográfica y la denominada “Hechos laudables”. Al final suele insertar una relación de obras bibliográficas en venta. Todo ello lo sazona con textos de creación literaria, como cuentos y versos. Contaba para sus ilustraciones con el dibujante García Enciso y para su administración y como copropietario con Isidro Sánchez Covisa. El periódico se proclamaba “campo abierto a todas las opiniones”, y aunque la mayor parte de las firmas son seudónimos, aparecen textos de Narciso Campillo, del agustino Francisco Blanco y García, Manuel de Palacio, Rosario de Acuña, Leonor Ruiz de Caravantes, Eduardo Vincenti (consejero de Instrucción Pública), José Fernández Bremón, Manuel Ossorio Bernard, Pedro Arnó Pausas o del citado Sánchez Covisa, entre otros. A partir del once de abril de 1897, reduce el subtítulo a “semanario ilustrado de primera enseñanza”, compuesto ahora a dos columnas, pero repitiendo en sus portadas la misma ilustración, una alegoría de la sabiduría. El 173 es el último número de la colección, correspondiente al 27 de diciembre de 1897. Fraile Miguélez, que fallece el 23 de septiembre de 1898, fue también crítico literario de La unión católica (1887-1899) y Diario de avisos de Madrid (1825-1918), y se le conoció como autor de Cascotes y machaqueos: pulverizaciones a Valbuena y Clarín (1892), una intransigente crítica al lenguaje del escritor asturiano.