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Boletín oficial del Centro Instructivo y Protector de Ciegos

Educación
Comienza a publicarse en 1930 como órgano del Centro Instructivo y Protector de Ciegos (CIPA), una sociedad de socorro mutuo y de resistencia contra las campañas en contra de la mendicidad, que había sido fundado en 1894 por alumnos del Colegio Nacional de Ciegos y declarada como organización de beneficencia en 1910, y que servirá de modelo a otras corporaciones provinciales de iguales características. Su periodicidad es mensual –aunque a veces lo será bimensual- con entregas, generalmente de dieciséis páginas, más cuatro de cubiertas, compuestas a dos columnas y estampadas en la Imprenta de Sordomudos, establecida en el Paseo de la Castellana, 71. Publica también algún número extraordinario y la colección de la Biblioteca Nacional de España es muy incompleta. La responsabilidad de su edición y redacción recae en la Sección de Publicaciones y Relaciones Exteriores de la CIPA. Se repartía gratuitamente entre los socios protectores de la organización (también contaba con socios simpatizantes), que contaba con un Consejo Patronal, y entre sus servicios de acción educativa, social, con un claustro de profesores titulados y especializados, Biblioteca Circulante y Sala-Biblioteca y diversos talleres. Su presidente honorario era Miguel Granell. El boletín refleja las aspiraciones y actividades de la CIPA madrileña, que desarrolla, especialmente, una labor protectora, benéfica y educativa entre los invidentes, y desde el mismo se fomentaba su poyo moral y económico. Además inserta artículos sobre el estado social y la instrucción de ciegos tanto en España como en otros países. Da cuenta del desarrollo legislativo sobre esta materia y tiene una sección de Ciegos ilustres y otra de Noticias, además de la dedicada a Anuncios publicitarios. También ofrece fotografías y una página de Anagliptografía sin relieve para educar a los ciegos. La CIPA también publicó una revista escrita en braille bajo el título El monitor. Por su parte, la Federación Nacional de Ciegos Españoles tuvo como órgano a La luz (1930-1936), publicación que también forma parte de la colección de la Biblioteca Nacional de España. La posterior Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) fue fundada por decreto de 1938.