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Gente conocida (Cádiz)

Revistas de información general
Revista trimensual o decenal ilustrada que saca a la luz el prolífico poeta modernista gaditano Eduardo de Ory y Sevilla (1884-1939), a partir de febrero de 1937, en una ciudad en manos del denominado “bando nacional” desde el frustrado golpe militar que había dado lugar a la guerra civil española. Su artífice se empeñó en hacer una publicación “amena e instructiva”, que abarcara “toda las modalidades modernas: Literatura, sociedad, cinematografía, deportes”, tal como el dijo que debería ser un “periódico de actualidad” o “mejor dicho: en la hora presente” en su artículo de presentación titulado, precisamente, Buenos días. Y así fue, tratando en sus páginas la vida cotidiana, incluso la más frívola, además de retazos de literatura, junto a fotograbados de la ciudad, pero también de militares y falangistas. Para ello quiso atraer a sus páginas a una serie de colaboradores, entre ellos, a un José María Pemán (1897-1981) al que el “generalísimo” Franco había nombrado presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica Nacional, el órgano de gobierno de los sublevados. En una carta abierta que envía a Ory y que aparece publicada en su primer número, Pemán se extraña del proyecto de una revista con tales mimbres, cuando “las mujeres andan de enfermeras en dramáticos hospitales de sangre; libros, apenas se escriben, como no sean de guerra y política…, y el café es malo y anda escaso”. Y a sus amigos que tildan de “locura” un proyecto editorial de amenidades y curiosidades en esas trágicas circunstancias, el poeta se despachará con una breve quintilla. Será una revista de pequeño formato y de escasas ambiciones, un “caso excepcional”, tal como la ha etiquetado Concha Langa Nuño (2009), de dieciséis páginas por entrega, de las que más de un tercio van rebosantes de anuncios comerciales, por lo que debió ser, además, una fuente de ingresos bastante apreciable para su artífice, en los que se utilizan varias tintas para su estampación, al igual que en su cubierta. En esta siempre hay un lugar para insertar un fotograbado, aunque reducido de tamaño. El primero será el retrato de Francisco Franco, como “Generalísimo del Ejército Español y Jefe del Estado”, y le seguirán algunos otros de autoridades gaditanas, para muy pronto dedicarlo a artistas del cine: Ginger Roger, Rosita Moreno, Greta Garbo, Simone Simon, Marlene Dietrich… Porque, además de contar con una sección propia dedicada a la cinematografía, en donde bajo la firma Santos se dará cuenta de los estrenos en el Cine Gades de la ciudad, o que el propio Ory publique un poema de su cosecha en la primera página de cada una de sus entregas, en el faldón de cada una de las páginas de todos sus números, incluidas las de los reclamos comerciales, se reproducirán en gruesa tipografía las consignas o lemas que los insurrectos militares y civiles venían acuñando: “Viva España y su Glorioso Ejército”, “¡¡Arriba España!!” , ¡Viva el Generalísimo Franco!” y, especialmente, “Una Patria: España. Un Estado: Nacional-Sindicalista. Un Caudillo: Franco”, que será situado bajo la cabecera de Gente conocida, un título ya de por sí desconcertante para el momento en que se publicó. El primer poema que Ory publique en su primera página lo hará bajo el epígrafe “La bandera española”, y con su pluma cultivará también el culto a la personalidad: “Con la que Franco –el inmortal Caudillo- por su gesto magnífico y sencillo- hará una Patria grande y poderosa”. En sus páginas no faltarán alabanzas al coronel Yagüe, “heroico jefe de la Legión”, ni al catedrático de Patología General de Cádiz, Miguel Carmena Villarta, ni al general Varela. Y ello en una revista en donde amplios espacios estarán dedicados a la belleza de la mujer bajo el epígrafe Vida femenina o Muñecas, y se escriben textos como La nueva española o ¿Quiere usted adelgazar o engordar?. En dos ocasiones ofrecerá un amplio cuadro de sus colaboradores, de los que muchos no aparecerán sus firmas. Y entre ellos aparecen los nombres del vizconde de Casa-González, J. Escrivá de Romaní, Concha Espina, marqués de Lozoya, el citado José M. Pemán, Víctor M. Rendón, E. Zamacois y, como seudónimo, Zahorí, que firmará una sección titulada Guirigay. Pero, la revista “no escapará a la guerra”, pues junto a textos sobre Garcilaso de la Vega (de Agustín del Saz), sobre Poetas contemporáneos, los incluidos en las secciones de Todo un poco y Vida social, con curiosidades, correspondencia, variedades y noticias bibliográficas, y poemas y otros textos de autores hispanoamericanos, de los que Ory se había convertido en un experto antólogo, Pascual Santacruz firmará Estampas de la guerra o Cromos de la guerra y José Sanz y Díaz publicará un reportaje sobre El requeté más joven de España. Además, un hijo del director ofrecerá un texto bajo el epígrafe Buen humor en el frente. Uno de los colaboradores fijos será Serafín Pró y Ruiz, cronista de la ciudad, que se ocupará de la sección Efemérides gaditanas. Otros colaboradores fueron Manuel S. Pichardo, Cayetano del Toro y Graciela Madero. La colección de este título de la Biblioteca Nacional de España no está totalmente completa, y el número 42 es el último, que corresponde al 31 de marzo de 1938. La revista debió desaparecer pronto, pues al comenzar 1939, Ory sufrirá una trombosis de la que no podrá recuperarse, y falleció el 22 de marzo de ese año.