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Orbe (Madrid. 1932)

Electrón (Madrid. 1934)
Comunicaciones
Con el subtítulo “revista de telecomunicación” aparece su primer número el uno de octubre de 1932, siendo dirigida por Virgilio Soria Montenegro (1895-1964), en ese momento oficial del Cuerpo de Telégrafos, y apareciendo como director-técnico el ingeniero de telecomunicaciones Modesto Budi Mateo. Es órgano del Sindicato Nacional de Telégrafos, apareciendo este en la cabecera como propietario de la revista a partir del uno de marzo de 1933 (número 11). Su propósito fue contribuir al desarrollo y perfeccionamiento de las telecomunicaciones en España (telégrafo, teléfono y radiodifusión), que a su juicio se encontraba en una situación deficiente. Señala la revista que por vez primera se estableció en Europa el servicio regular de radiodifusión en diciembre de 1919, y que en todo el mundo existía ya al comenzar la década de los treinta unos 138 millones de oyentes, por lo que, desde esta publicación, se interesa a la Administración por el establecimiento de un plan nacional de radiodifusión y el establecimiento de una red de estaciones (emisoras) de radio en todo el país. También la revista procura elevar el nivel técnico de las telecomunicaciones, así como llevar a cabo una intensa labor de enseñanza, difundiendo de manera sistemática los conocimientos técnicos precisos, tal como se indica en su artículo de presentación. En entregas en torno a las cuarenta páginas, compuestas a dos y tres columnas, con una cubierta estampada con tinta de color y con un retrato fotográfico de personalidades públicas vinculadas con las telecomunicaciones, como políticos, profesores o inventores, aparecía los días uno y quince de cada mes, usando para su impresión el papel cuché. Comienza cada número con un editorial, y en sus páginas publicará artículos de carácter técnico, pero también histórico, así como noticias sobre el establecimiento de las distintas emisoras radiofónicas en las principales ciudades españolas. También se preocupa por el desarrollo legislativo del sector, como el proyecto de radiodifusión nacional, y se hará eco de las conferencias internacionales de Telegrafía y Radiotelegrafía, y de las diversas organizaciones internacionales que se van implantando. Inserta fotograbados, así como dibujos y esquemas técnicos, y publicidad comercial de empresas como Philips o Standard Eléctrica, entre otras. Además del citado Budi Mateo, entre los autores de sus textos aparecen los nombres de otros ingenieros, como Ramón Miguel Nieto, jefe del Laboratorio de la Dirección General de Telecomunicación; Emilio de Andrés, Estanislao Rodríguez, Carlos Vidal y García, Luis Cáceres, J.R. Gopegui, F. Riaza Rubio, Emilio Andrés, Pedro Maffei, A.G. Argüeso, Luis Cáceres o Julio Bayona, así como Pedro Llabrés J. Pastor Williams, Estanislao Rodríguez, Enrique Gastardi, Natalio López, Antonio Sagrario Rocafort o E. Löfgren. El dibujante Bluff introducía una nota cómica. En sus páginas aparecen textos sobre la ocupación del espacio por las ondas eléctricas, los sistemas fototelegráficos, las bandas de frecuencia de la radiodifusión, consideraciones sobre el establecimiento de una emisora nacional, historia y generalidades de la televisión, teoría de los métodos fotográficos de reproducción del sonido, un curso elemental de radiotecnia y sus aplicaciones, el mando único en los radioreceptores, eliminación del zumbido en los receptores de radiodifusión, instrumentos de música radioléctricos, listas de nuevas frecuencias, o sobre las emisoras EAJS Unión Radio San Sebastián y la E.A.J. 19 Radio Asturias, la radiotelefonía en Francia, las válvulas gigantes de 300 kw, la evolución del tubo electrónico o el telecinema, entre otros diversos asuntos. La colección de este título en la Biblioteca Nacional de España (BNE) acaba en el número 30, de 15 de diciembre de 1933, pero siguió publicándose hasta el 15 de febrero de 1934. Un grupo de sus redactores se separara entonces y funda la revista Electrón, que comienza a salir el mes de marzo, en la que intervienen, entre otros, los citados Virgilio Soria y Modesto Budi, apareciendo con un diseño igual que su antecesora, integrando también la colección hemerográfica y digital de la BNE.