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La Velocidad (Madrid)

Automovilismo
Aparece el uno de enero de 1921, como órgano de prensa de la Sociedad de Chauffeurs y Aspirantes, constituida el año anterior y de la que será presidente el socialista Francisco Cordero López (1882-1928). Se trata de una publicación del movimiento obrero que surge a la par que comienza a desarrollarse una nueva actividad profesional en la segunda década del siglo veinte, y en su cabecera estampará el lema “la emancipación de los trabajadores tiene que ser obra de los trabajadores mismos”. En sus páginas se decía que estaba redactada por conductores y otros trabajadores que vivían del automóvil. Su director y principal redactor, a la vez que secretario de la sociedad, es el también socialista y literato Ángel Martín y Martín, nacido en 1899 y que, tras la guerra civil, se exiliaría a México, pero que en esos años pasó de ser partidario de la III Internacional a regresar al seno del PSOE. Su periodicidad fue mensual y sus entregas empezaron a ser de tan sólo dos hojas para ir aumentándolas hasta superar las cuarenta páginas. La colección de la Biblioteca Nacional de España comienza en el número 22, correspondiente al uno de diciembre de 1922. Por esta época la publicación mantenía un marcado carácter profesional y asociativo –que nunca perderá-, ofreciendo informaciones sobre el desarrollo y la actividad de la Sociedad La Velocidad –como así era conocida-, que estaba adherida a la Federación Internacional de los Obreros del Transporte. Pero también contiene textos técnicos, sobre el tráfico o el automovilismo, junto a otros de tipo cultural y literario, pues entre sus objetivos estaba el de contribuir a la cultura profesional, cultural y societaria de los conductores. También inserta numerosos anuncios comerciales, que va aumentado de forma muy considerable, pues la revista se difundía por todos los garajes (talleres) y organizaciones obreras y culturales de España. La publicación llega a transformase como una revista ilustrada, con portadas que incluso llegan a estamparse a color, y con bastantes fotograbados también en sus páginas interiores, además de dibujos e ilustraciones humorísticas; con secciones doctrinales y de cultura profesional. Además de la firmas de su director, de Eusebio Álvarez Victoria o del perito mecánico electricista Pedro A. Ibáñez, comienzan a aparecer textos firmados por Pablo Iglesias, Jaime Vera o Miguel de Unamuno, o referencias a las actividades de la sociedad en las que intervenía, entre otros, el entonces concejal socialista madrileño Manuel Cordero; e informaciones sobre el Partido Laborista inglés o el Partido Socialista francés. Sigue dado cuenta de las actividades y protestas de los conductores –su director llega a estar preso durante dos meses en 1924. Pasará por la censura militar, polemiza con el Boletín de la Unión de Cocheros, y sigue manteniendo secciones técnicas sobre tráfico, transporte o automovilismo, junto a otras de literatura social, con textos de Máximo Gorki, entre otros, o de arte. Además publica una serie de excursiones a las afueras de Madrid, con croquis de carreteras. A finales de 1925, la Sociedad La Velocidad y la Unión General de Conductores de Carruajes, se fusionan para constituir la Unión General de Obreros del Transporte Urbano de Madrid y Limítrofes (UGOT), pues, aunque ambas mantenían una organización distinta, no se consideraban ideológicamente antagónicas. El ya citado Francisco Cordero será el presidente del nuevo sindicato adherido a la Unión General de Trabajadores (UGT), quien también pasara a dirigir su órgano de prensa: Transporte. El número 70 de La velocidad corresponde a diciembre de 1925, y la nueva revista, con el mismo formato y periodicidad mensual y también ilustrada, aparece en enero de 1926, con la indicación de “segunda época”, hasta que en 1935, modifique su título: Transporte U.G.T. (1935-1936). Estas dos publicaciones también forman parte de la colección de la Biblioteca Nacional de España.