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La Vanguardia (Melilla)

Revistas de información general
Este “periódico semanal” comenzó a publicarse en Melilla en 1933, como órgano de Acción Popular y afín a la CEDA, una ciudad en la que no se contabilizan títulos de publicaciones obreras durante el periodo republicano, y “sí buen número de claro predominio conservador” y centrista (Checa Godoy: 1989), entre los que se encontraría otro “diario católico social”, también de la CEDA, El Ideal (1935-1937). La colección de La Vanguardia melillense en la Biblioteca Nacional de España (BNE) sólo lo integra su número 71, en su segundo año de edición, correspondiente al 24 de noviembre de 1934. Consta de doce páginas, sin foliar y compuestas a una o tres columnas, y con las cubiertas estampadas a dos tintas. En su cubierta da cuenta de una nota de “interés local” sobre la falta de contabilización de un millón de pesetas en las arcas del Ayuntamiento de Melilla, y en la plana que hace de portada reproduce una carta del general José Millán Astray dirigida al comandante de Asalto y capitán de la Legión Carlos Silva en la toma del edificio de la Diputación Provincial de Oviedo, en cuya introducción se señala la “magnífica lección de patriotismo” del citado Millán Astray o la del general Francisco Franco frente “a los hombres de abril de 1931”. El grueso de sus páginas las dedica a dos temas muy concretos. Lo que parece la reproducción de un texto o crónica sacada del reciente libro La CEDA va a gobernar, publicado por redactor político madrileño Francisco Casares, bajo el epígrafe Actualidad nacional; y el discurso sobre la actuación de las derechas pronunciado en el Congreso de los Diputados por el líder de esta agrupación política, José María Gil Robles, el 16 de noviembre de 1934, que ocupa más de cuatro páginas del semanario. Junto a estos largos textos inserta una Sección religiosa y otra denominada Pildoritas, firmada con el seudónimo Frasquitillo. La publicación cuenta con numerosas inserciones de publicidad de establecimientos comerciales melillenses. La dirección de La Vanguardia se le atribuye a José Sánchez Rueda, cuando salió ileso de un tiroteo el cuatro de marzo de 1936 en Melilla (Juana Alias Rodríguez: 1985). Referencias a la prensa melillense se encuentran en la obra de 1956 de Fernando Valderrama Martínez, y en Vicente Morga Rivero (1985).