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El Isleño (Palma de Mallorca)

Eco de las Baleares
Periódicos
Es uno de los principales diarios mallorquines de la segunda mitad del siglo XIX, junto al Diario de Palma, cabecera del impresor Felipe Guasp Barbieri. Si éste le dio a sus periódicos un carácter liberal-conservador, el también librero, impresor y editor de la prensa democrática balear Pedro José Gelabert Llabrés le dará a El Isleño un carácter progresista. Aparece su primer número el 20 de agosto de 1857, sustituyendo al también progresista El Genio de la libertad (1837), del que había sido, así mismo, impresor y propietario el citado Gelabert, y que había cesado previamente. Aparece con el subtítulo “periódico científico, industrial, comercial y literario”, en un formato de gran folio, en entregas, generalmente, de cuatro páginas, compuestas a cuatro columnas. Bover (1862) y referencias posteriores dan como fecha de salida de este diario el 15 de agosto, que debe considerarse un error. La colección de la Biblioteca Nacional de España comprende desde su entrega número 133, correspondiente al uno de enero de 1858 –aunque con errata en la indicación del año, en su segundo año de edición, y cuando ya aparecía incluso los domingos–, y termina en el número 3.162, en su undécimo año de edición, correspondiente al seis de agosto de 1867, y reducido ya el subtítulo a “periódico de intereses materiales”, faltándole todo el año 1865. En su primer número ya aparecieron como colaboradores destacados representantes del republicanismo prematuro mallorquín, como Eusebi Pascual y Joaquim Fiol, y Pere Josep Gelabert Pol (1832-1884), hijo del propietario, como principal redactor y más adelante editor responsable. Probablemente, a raíz del alzamiento carlista de San Carlos de la Rápita, y por orden de la Fiscalía de Imprenta de fecha 31 de marzo de 1860, El Isleño dejó de publicarse ese día y desde el dos de abril aparecerán en su lugar cuatro entregas de un nuevo título: El Eco de las Baleares, que lo hace con el mismo subtítulo, pero con secuencia numérica propia. De nuevo reaparece El Isleño el día seis del mismo mes y año, continuando su propia secuencia. En 1872 se verá también brevemente interrumpida su publicación. En sus primeros años de vida y coincidiendo con el Quinquenio de la Unión Liberal (1858-1863), fue, sin embargo, órgano de este partido, para después pasar a la oposición, inclinándose claramente a favor del Partido Progresista (Ferrer Flórez: 1994). Especialmente tendrá esta tendencia en los años 1868-1872 del Sexenio Democrático, iniciando posteriormente una deriva hacia el conservadurismo (Checa Godoy: 2006), hasta su desaparición definitiva, que algunas referencias indican el 31 de diciembre de 1898, y otras, la amplían hasta 1899. Al final de cada año estuvo distribuyendo a sus suscriptores un Almanaque, en el que escribieron, además de los dos ya citados, otros representantes del republicanismo balear, como Miquel Quetglas o Antoni Marroig. Los principales escritores mallorquines de las distintas épocas colaboraron en este diario de larga vida (Gregori Mir: 1975), y tras el fallecimiento, en 1866, de su fundador, a la edad de 68 años, se hizo cargo de la dirección del periódico y de la empresa familiar su hijo, el citado Pere Josep Gelabert Pol. Entre sus redactores se encontraron Joan B. Ensenyant, Enrique Alzamora, Guillem Sampol y Miguel de los Santos Oliver (Gómez Aparicio: 1971); y entre sus colaboradores, también Jerónimo y Alexandre Roselló, Miquel I. Oliver, Pedro A. Penya, Bernat Calvet o Pere Ferrer. Fue escrito en castellano. Continuó siendo propiedad de la misma familia –después como Imprenta de la Viuda e Hijos de P. Gelabert, que siempre emplearía los mismos y “excelentes y numerosos tipos” –, siendo Joan Gelabert Crespi el último editor de la saga, hasta el 15 de junio de 1897, pasando seguidamente a manos de otros. Así, a partir del 16 de junio de ese año (número 1.308) será estampado por la Imprenta de las Hijas de Coloma, y desde el 15 de noviembre (número 1.320), por la de Rubí y Monserrat (Albero Maestre: 2007).