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Revista católica (Barcelona)

Religión
Publicación que aparece en julio de 1842, fundada y dirigida en sus primeros años por quien después sería designado obispo de Vic y posteriormente de Barcelona, el apologista católico Antonio Abad Palau Termes, catalán nacido en 1806, amigo íntimo y admirador de Antonio María Claret (1807-1870), que por su parte será confesor de Isabel II, fundador de una congregación misionera y que terminará siendo canonizado en 1950. La revista mantiene a lo largo de su vida el largo subtítulo “historia contemporánea de los padecimientos y triunfos de la Iglesia de Jesucristo redactada de las pastorales, cartas y escritos de los señores obispos de ambos mundos, como también de documentos relativos a las misiones y al ministerio sacerdotal”. Inserta reseñas, artículos y estudios de historia de la iglesia católica, con especial interés de sus misiones, así como documentos (cartas, pastorales, circulares, etc.) de los miembros de sus jerarquías; un repertorio compilatorio de bulas y otros documentos papales y de las congregaciones religiosas; informaciones sobre el movimiento del personal del episcopado y principales miembros del clero español y necrológicas de los mismos, y de los acontecimientos nacionales e internacionales en los que la institución eclesial se ve envuelta y de su situación en diversos países del mundo. Junto a estos contenidos estrictamente de carácter religioso y eclesiástico, inserta otros de carácter oficial o gubernamental, como son los textos legales emitidos por la autoridad política y civil relativos a las instituciones eclesiásticas y religiosas, sentencias judiciales, dictámenes, discursos, etc. Incluso ofrece noticias nacionales e internacionales. Entre los epígrafes de sus secciones aparecen las de apologética, eclesiástica, histórica, oficial, científica, política o de variedades, con crónicas sobre estos asuntos. Así, será muy crítico con la desamortización eclesiástica o, desde su doctrinarismo, combatirá las ideas políticas de un catedrático como Emilio Castelar. En suma, además de su carácter apologético, expondrá las doctrinas eclesiásticas y ofrecerá opiniones sobre los asuntos de carácter político, social e ideológico que afecten al catolicismo oficial; sin embargo, huirá de la discusión y la polémica directa. En uno de sus textos se definirá así: “Somos católicos, y escribimos tan solo para nuestros compatriotas, los católicos españoles”, en un país que considerará “exclusivamente” católico. En cuanto a quien estaba destinada la publicación, señalará que a la jerarquía eclesiástica, pero también a los fieles católicos en general. Con periodicidad mensual, compuesta a una columna y estampada en la imprenta barcelonesa de Pablo Riera y más tarde de sus herederos, sus entregas tendrán al principio en torno al centenar de páginas, formando un tomo semestral con paginación continuada. Así edita sus primeros 33 tomos, hasta julio de 1858. A partir de aquí inicia una segunda serie, llegando más que a duplicar la paginación de sus tomos, que serán ahora mensuales y conteniendo entregas que denomina “revista decenal”. Tras editar un total de 68 tomos, correspondiendo los últimos 34 a su segunda serie, en julio de 1867 inicia la tercera serie. El último tomo de la colección de la Biblioteca Nacional de España corresponde a octubre de 1868, que es el sexto de la tercera serie y el 73 de toda ella, que comienza con una crónica política sobre los acontecimientos militares y populares que habían provocado el exilio a Isabel II. Antonio Abad Palau también había fundado entre 1847 y 1848 una colección de obras denominada Librería Religiosa, y algunos de sus textos fueron incluidos en la sección bibliográfica de la revista. Los beneficios de la empresa editorial de la publicación estuvieron destinados a financiar las misiones. Checa Godoy la ha clasificado como “neocatólica”.