Revista mensual de literatura y crítica fundada por el escritor guatemalteco Enrique Gómez Carrillo (1873-1927) y el empresario uruguayo Manuel Allende, que como mecenas aportó el capital para su edición, que aparece en enero de 1919 en entregas de dos centenares de páginas, en un formato menor, compuesta a una columna, carente de ilustraciones y de la que se señala que tiene una tirada de 100.000 ejemplares. Rafael Osuna la define “orientada hacia el modernismo periclitado, y muy poco hacia la vanguardia”, y “aunque bastante conservadora y no demasiado brillante”, tuvo un cariz muy europeo, especialmente francés, pretendiendo Gómez Carrillo con ella emular tardíamente la renovada Mercure de France (1890) de la corriente simbolista. En palabras de César Antonio Molina, “fue una copiosa publicación de carácter ampliamente cultural, en donde lo literario participó de forma destacada”.
En palabras del que será uno de sus principales colaboradores –Guillermo de Torre-, no insertó escritos de vanguardia, aunque sí la enjuició en artículos doctrinales y en numerosos trabajos y ensayos sobre este movimiento, especialmente desde su número 21 al 36. Por lo que tampoco es una publicación enmarcada en el ultraísmo, “en el sentido amplio de la palabra”, aunque en su cuarto número reproducirá también el manifiesto ultra de los jóvenes españoles, como las revistas ultraístas Cervantes (1916-1920) y Grecia (1918-1920). En su seno también se dará un vivo debate sobre la paternidad del “creacionismo”.
Estuvo dirigida por Gómez Carrillo (cuyo verdadero nombre era Enrique Gómez Tible y que en esa época estaba casado con la artista española Raquel Meller) hasta el número 37 (en. 1922), cuando por su viaje a América le sustituye en la dirección el novelista Alfonso Hernández Catá (1885-1940), quien le dará una nueva orientación, disminuyendo a la mitad su paginación y comenzando a languidecer su vida hasta su cierre definitivo, con el número 45, en septiembre de ese mismo año.
Además de a la literatura anglosajona (publica seis poemas inéditos de Oscar Wilde), Molina y los demás estudiosos de la revista destacan de ella sobre todo la atención dedicada en sus páginas a las literaturas francesa, hispanoamericana y portuguesa. De la primera, la traducción de artículos y poemas de Apollinaire, Mallarmé, Maetelerlinck, Baudelaire, Gide o Max Jacob, entre otros muchos. En abundantes números publica la sección “Antología francesa”, cuyos poemas son traducidos por el ya citado Guillermo de Torre y por Edmundo González Blanco, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Enrique Díez-Canedo o Ramón Pérez de Ayala, entre otros. Para Molina, lo francés en Cosmópolis “es no sólo lo importante, sino un elemento básico”, tanto en extensión como en intensidad, ocupando acaso más espacio y dedicación que la propia literatura española.
A partir de su segundo número insertará con asiduidad una “Crónica de Portugal”, de Carmen de Burgos (Colombine), resaltando como autores más citados, entre otros, a Camilo Pessanha, Guerra Junquero o Eça de Queiroz. Mientras que la literatura hispanoamericana abarcará a poetas y escritores de sus diversos países, como Xavier Villaurrutia, Jorge Luis Borges, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Alfonso Reyes o Juana de Ibarborov.
La revista cuenta, además de las ya citadas, con secciones habituales como la de Figuras del día, Fisonomía de ciudades, Revista de periódicos, Crónica americana, Crónica de París (escrita por Julián Martel), Crónica de Italia (por Leonardo Marini), La vida femenina (por la Marquesa de Cespón) o Notas cosmopolitas, sobre teatro, libros y arte, correspondiendo estas últimas a Rafael Urbina. También abrirá sus páginas a explorar la cinematografía, como nueva creación artística y moderna.
Como autores de sus numerosos textos (artículos, crónicas, ensayos, etc.) están Rafael Cansinos Assens, el ya citado Guillermo de Torre y el propio director, Gómez Carrillo, así como Baldomero Argenta, José Francés, Rafael Urbina, Antonio de Hoyos Vinent, Bernardo G. de Candamo, Luis G. Urbina, Manuel Aznar, José Francos Rodríguez, Luis Araquistáin, Miguel de Unamuno, Adolfo Salazar, Alberto Insúa, Luis Antón del Olmet, Ricardo Baeza, Leopoldo Lugones o Woodrow Wilson, de una larga nómina de críticos y escritores, entre los que cabe citar también a Manuel Machado, como poeta y crítico literario y teatral.
Cada número de la revista suele comenzar con su sumario, y al final de algunos publica índices de autores de entregas anteriores. La colección de la Biblioteca Nacional de España está incompleta.