« Back

Fray Tinieblas

Revistas satíricas y humorísticas || Periódicos
“Periódico político, progresista, enciclopédico, serio-jocoso, crítico-burlesco, escrito en fuerte y flojo” es el extenso subtítulo de esta publicación cuyo primer número aparece el uno de mayo de 1855, coincidiendo con la entrada en vigor de la ley desamortizadora de Madoz, y como “defensor de la revolución de julio” [de 1854], según el lema que va en su cabecera. Surgió en oposición directa al también periódico humorístico El Padre Cobos (1854-1856), el órgano del Partido Moderado, que durante el Bienio Progresista usó también la ironía como arma contra el gobierno de Baldomero Espartero (1793-1879). Comenzó siendo estampado en la Imprenta de M. Minuesa y, por último, lo fue en la de L. García, en un formato en folio menor. Salía los días uno, diez y veinte de cada mes, pero los días cinco, quince y 25 aparecía con la indicación de “suplemento” al número anterior y, a la vez, con la del número correlativo que le correspondía en la serie. La formación de su colección tiene, por tanto, esta singularidad. Las entregas de los números ordinarios serán de ocho páginas, y las de los suplementos, de cuatro, siempre compuestas a tres columnas; y mientras los primeros llevarán un grabado en su cabecera, los de los segundos carecen de ella. Serán incluidos otros grabados humorísticos en el interior, siendo atribuidos todos ellos a Vicente Urrabieta (Valeriano Bozal: 1979). Según Brigitte Journeau (2002), el gobierno fue el que crearía Fray Tinieblas, así como otra “hoja” satírica, con el título Pero Grullo, que estuvo publicándose entre el 13 de mayo de 1855 y el 20 de abril de 1856. Así mismo, de ese mismo año 1855 se conocen 50 entregas de otro periódico satírico progresista con el título Fr. Supino Claridades, que también sería ilustrado por Urrabieta, y editado al estilo de Fray Gerundio. Aparece también indicado, como era obligatorio, el nombre del editor responsable: Miguel Aduain, sobre el que recaerían las diversas denuncias de las que fue objeto, a pesar de esa supuesta relación ministerial directa con el periódico, señalada por Journeau. Fray Tinieblas indicó que sus columnas quedaban abiertas a todos los “milicianos nacionales de España, que en desagravio de sus justas quejas denuncien cualquiera arbitrariedad que puedan con ellos cometer las autoridades”. En su edición de uno de julio insertará una esquela con la leyenda “Triste aniversario del alzamiento” del 28 de junio de 1854, en el que expone que “La matrona de la libertad… ha muerto”, y en la que Fray Tinieblas se declara “hermano” de La Soberanía nacional, el periódico del demócrata Sixto Cámara (1825-1859). Su edición de provincias del diez de agosto sería recogida por la caricatura que insertó ese día. El Boletín oficial de Madrid, de seis de julio de ese año, publica las providencias judiciales por la que Aduain es absuelto tras la calificación del fiscal de imprenta de “obscenos o contrarios a las buenas costumbres” unos versos publicados en el número de primero de junio. En una hoja incluida en la colección de este título se recoge que el gobernador civil de Madrid les había prohibido la publicación de los suplementos, “por no tener cubierto el depósito que marca la ley la empresa”, y que sólo podía publicar tres números al mes. El hecho de indicar “suplemento” alternativamente a sus entregas pudo ser una estratagema para eludir tal pago administrativo. El último número de la colección es el 25, publicado el diez de septiembre de 1855, por lo que no tuvo ni medio año de vida. Fray Tinieblas pondría “en solfa” a la coalición gobernante, y según Demetrio Castro Alfín (1998), el gobernador civil de la provincia “lo llevó a su desaparición”, fundiéndose con el diario democrático La Voz del pueblo, que comienza a publicarse el tres de octubre, a cuya redacción se incorporaron sus colaboradores y donde pasa a ser sección ocasional. En 1878, fue editado en Buenos Aires El proscrito o biografía de El Moro Muza, una suerte de entrevista a Francisco Vargas Machuca, en la que éste señala que había sido el redactor de Fray Tinieblas, opúsculo que no hemos podido consultar.