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El Progreso (Lugo)

Periódicos
En una ciudad en la que predominaba la prensa carlista, católica y ultraconservadora, aparece este diario liberal, afín a Eugenio Montero Ríos (1832-1914), considerado representante del entramado caciquil dominante en la Galicia de la Restauración, el lunes 17 de agosto de 1908, fundado por Purificación [Puro] Cora y Más-Villafuerte (1858-1940) y Fernando Pardo Suárez, que lo dirigió algunos años y abandonará la empresa editora en 1919, al considerar que el periódico se estaba alejando del liberalismo, mostrándose a partir del siguiente año afín al sector demócrata, enfrentado al romanista, y ejerciendo su crítica tanto contra los conservadores mauristas como contra los regionalistas. Con un formato inicial tamaño sábana, que variará a lo largo de su dilatada historia, y con cuatro páginas, que también aumentará a ocho en los años veinte o reducirá después, contará con imprenta propia a partir de 1908, y en 1914, cuando ya se estaba convirtiendo en un periódico emblemático local y su difusión estaba asentándose en la provincia, empezará a sacar hasta dos ediciones (mañana y noche). Su difusión diaria en esas primeras décadas del siglo veinte debió estar en torno a los 500 ejemplares. José Gayoso Castro (-1946) dirigió El Progreso en los periodos 1908-1909 y 1911-1914, y a partir de este último año y hasta 1928 lo dirigirá Antonio de Cora y Sabater (1889-1943), hijo del fundador. Entre los principales colaboradores en sus primeras décadas se encuentran Ramón María del Valle Inclán, Antón Villar Ponte, Juan Rof Codina, Ramón Cabanillas o Eduardo Blanco Amor. Durante el periodo republicano el diario fue abandonando su trayectoria liberal y tras estallar la guerra civil (1936-1939) no será incautado por las autoridades del ejército rebelde, al tiempo que éstas hacen desaparecer las publicaciones republicanas y de la izquierda lucense, quedándose desde entonces El Progreso con el monopolio de la prensa de la provincia, y reafirmándose como una de las dos principales empresas editoras de carácter familiar gallegas, junto a la de La Voz de Galicia (1882). Al comenzar la dictadura y carente ya de subtítulo y tras la muerte del fundador, asumirá la presidencia de la empresa y del diario su hijo Purificación de Cora Sabater (1895-1968), hasta que, en 1969, le sustituya José Trapero Pardo (1900-1995), quien procedente de las filas conservadoras de la prensa lucense había comenzado su colaboración en El Progreso en 1937, un año después había sido incluido en su plantilla y seguidamente había sido su redactor jefe y subdirector durante el largo periodo franquista. Según el Anuario de la prensa española (1945-1946), este periódico contaba con unas 7.000 suscripciones en este periodo. A mediados del siglo, El Progreso contaba con secciones como Crónica de Madrid, Crónica Local, Crónica judicial, Por Galicia, Allende las fronteras, Para el campo, Vida militar o Notas de sociedad, y abrirá su primera delegación comarcal en Monforte de Lemos. En los años setenta, para contrarrestar la competencia en la provincia de su principal competidor –La Voz de Galicia–, apostará por aumentar más el protagonismo de la información local y de las comarcas lucenses en sus páginas. También irá aumentando el número de páginas por número, de ocho en la década de los sesenta, hasta la treintena desde la de los setenta, coincidiendo con la sustitución de la rotaplana por su primera rotativa. Asimismo, a lo largo de los años siguientes irá incorporando las nuevas tecnologías de composición e impresión, que darán lugar a un cambio sustancial a su ediciones a partir de 1981. Un año antes había comenzado a publicar como suplemento una revista de televisión y, a partir de 1983, un suplemento dominical. En 1970, El Progreso vendía en Lugo unos 9.000 ejemplares, frente a unos 4.500 de La Voz de Galicia. A partir de entonces inicia un aumento lento pero continuo de sus ventas y, aunque desde 1976 a 1996, su difusión no fue controlada por la OJD, según otras fuentes, en ese primer año, sus ventas superaron los 14.500 ejemplares diarios de media, y en 1996, 13.000, frente a unos 8.500 ejemplares de La Voz de Galicia. En 1999, su difusión estaba establecida en 15.104 ejemplares. Los descendientes de Purificación de Cora y Más-Villafuerte continúan siendo los propietarios de El Progreso de Lugo, S.L., empresa presidida por Blanca García Montenegro (1960-), viuda de Purificación Cora Paradela, fallecido en 1993, y editora de un diario que, entre 1972 y 1979, estará dirigido por Pedro de Llano López –Bocelo- (1918-); entre 1980 y 1994, por el nieto del fundador, José de Cora Paradela (1951-); entre 1994 y 2000, por Fernando Salgado García (1953-), y, desde 2001, por Luis Rodríguez García (1951-). Como subdirector, en la década de los setenta, contó con Salvador Castro, y posteriormente con Alfonso A. Rivero, Ernesto Sánchez Pombo o Juan Soto. La empresa adquirió también Diario de Pontevedra (1887), que dirigirá Antonio de Cora García, y fundó una televisión local, entre otras empresas periodísticas. Como periódico matutino de información general, con una nueva rotativa desde 1987 y el subtítulo “diario de Lugo desde 1908”, a partir de la década de los noventa del pasado siglo, en sus páginas predominará la información local, con diversos municipios y comarcas con secciones propias, además de las de información autonómica, nacional e internacional. También publica ediciones locales y comarcales propias, como el diario A Mariña y los semanarios A Chaira, Ribeira Sacra y La Comarca del Eo, títulos que integran también las colecciones de la Hemeroteca Digital de la BNE. También edita, desde 1998, El Anuario El Progreso. José Altabella escribió un artículo sobre su historia en la edición conmemorativa de su 50 aniversario y, en 2008, celebró su centenario. Entre otras referencias bibliográficas, destacamos las de Rosa Cal Martínez y María del Carmen Pérez Pais (1993), Xosé López García (1995 y 200), el segundo tomo de Diccionario da literatura galega (1997), y las de Enrique Santos Gayoso (2001) y Antonio Cendán Fraga (2007), sobre la prensa gallega; la de Mari Paz Teijeira y María de la Torre (1997), sobre la prensa lucense; la de Moncho Paz (1992), sobre la historia política e informativa de este diario; la de Ana María Rodríguez Rivas (2010), sobre la trayectoria periodística de Trapero Pardo y El Progreso; la de Nicolás Vera (2009) sobre el diario y su fundador, Purificación Cora. También los trabajos de José Sixto García (2009), y Escudero Gómez (2000) y otros de José Cora Paradela.