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El Correo (Madrid)

Correo literario y mercantil
Periódicos anteriores a 1850
Es continuación de Correo literario y mercantil, que había comenzado, el 14 de julio de 1828, a editar e imprimir el mecenas Pedro Ximénez de Haro (1790-1854), al obtener “real licencia”, en el inicio de la apertura que se va a producir en los últimos años de la Década Ominosa (1823-1833). Con el título reducido de El Correo, y el subtítulo “periódico literario y mercantil”, continúa la secuencia del anterior, con el número 75, correspondiente al uno de enero de 1829, y seguirá apareciendo cada lunes, miércoles y viernes, en entregas de cuatro páginas, compuestas a una columna. Continuará siendo un periódico impelido a tratar cuestiones políticas y, según Gómez Aparicio (1967), su más destacada nota será su “actitud pegajosamente aduladora, más que fidelidad afectiva” al Rey, a la Real Familia o a los ministros de su gobierno. Abunda también en esto María Cruz Seoane (1983), al decir que, “por supuesto, las cuestiones políticas estaban absolutamente proscritas del Correo, si no se entienden por tales las adulaciones al rey y a los ministros”, y agrega que “con su escaso mérito, su insipidez, su timidez, sirve bien de representante de lo que fueron aquellos últimos años” de opresión y silencio del segundo periodo del régimen absolutista fernandino. Con motivo del fallecimiento, en mayo de 1829, de la tercera esposa del monarca –María Josefa Amalia- y su cuarto matrimonio con su sobrina María Cristina, adornará con una orla su primera plana durante tres meses seguidos. A partir del uno de enero de 1830 (número 231) estampará el grabado de una diligencia (en alusión al correo) en su cabecera, y a partir del 12 de abril de 1830, aumentará el formato. Bajo su cabecera incluye una nueva sección bajo el epígrafe Efemérides, y sus páginas las sigue dedicando a ofrecer artículos de divulgación, de historia, educación, ciencias, economía política, industria y comercio, viajes, algunos remitidos (correspondencia), junto a misceláneas y noticias nacionales y extranjeras, y entre estas los precios de los productos agrarios, los cambios de moneda y las cotizaciones bursátiles, así como sucesos, festejos públicos, bibliografía, cartelera teatral o breves obras dramáticas o textos en verso, algunos bajo las firmas de José María Carnerero (1784-1866) o Lucas Alemán y Aguado, seudónimo este del médico y poeta satírico Manuel Casal y Aguado (1751-1837). Dedicará especial atención a la literatura y al teatro, cuya sección había estado al principio en manos de Juan López Peñalver de la Torre, y después de Manuel Bretón de los Herreros (1796-1873), al incorporarse a la redacción el seis de abril de 1831, quien publicará también artículos costumbristas, quien se quejará, ya en 1836, de haber “vivido esclavo de las censuras monacales” al periódico. Otro de sus redactores fue Mariano de Rementería y Fica (1786-1841), que usa la inicial R como firma, y entre sus colaboradoras se encuentra Vicenta Maturana (1793-1859), así como Ángel Iznardi, con el seudónimo El Mirón o de forma anónima (Costumbrismo andaluz: 1998). El nacimiento de Isabel II, el diez de octubre de 1830, será celebrado en unos versos de Mariano José de Larra (1809-1837) que publicará El Correo en 1831, año este en el que Carnerero deja El Correo para fundar, primero sus Cartas españolas y, al año siguiente, La Revista española. En este 1832, con la enfermedad de Fernando VII y el primer gobierno de la reina María Cristina, se inaugura una nueva etapa aperturista que señala la transición entre el régimen absolutista y el constitucional, así como “la aurora del renacimiento literario”, en palabras de Asenjo (1933), y El Correo, junto a otras publicaciones periódicas que han ido apareciendo, introduce “un nuevo concepto de crítica”, inspirada en los modelos franceses, en concreto su serie de artículos de la serie Costumbres en Madrid, firmados bajo el seudónimo El Observador. En sus periódicos, Carnerero se mostró crítico con el movimiento romántico, pero a la vez en los mismos se produce el asentamiento del costumbrista, que había empezado a manifestarse a finales del siglo XVIII. El Correo prestará atención a los partes oficiales sobre la salud del monarca, y en los últimos meses de su vida, publicará los miércoles suplementos (generalmente, de dos páginas) a sus entregas de los martes, publicando su número 840 y último el tres de noviembre de 1833 tras el fallecimiento de Fernando VII el 29 de septiembre de ese año. Este número lleva el subtítulo “periódico dedicado a la reina nuestra señora Dª Isabel II”. Bretón llegó a decir en 1836 que “murió de un golpe de Estado”.