« Back

El Padre Cobos (Madrid. 1854)

Revistas satíricas y humorísticas
Una de las cosas que más llama la atención al ver este periódico es las cifras de tirada que se atribuye en la cabecera de cada número. En el primero: 100.000 ejemplares, en el segundo, 150.000, luego en los siguientes sube solo a 150.001, hasta que en el número 11 dice tirar 300.002 y medio. Todo es pura guasa que da el tono humorístico y satírico de esta publicación, que llegó a ser muy popular aunque no fueran ciertas sus infladas cifras de difusión. Con periodicidad semanal (salía los domingos), empezó subtitulándose ‘Periódico de Literatura y Artes’ para poco después incorporar la palabra ‘Política’ en primer lugar, coincidiendo con el debate de una nueva Constitución tras el triunfo de la revolución de 1854 que dio lugar al llamado Bienio progresista. Empezó entonces a salir cada cinco días. Dirigido por Cándido Nocedal, que llegaría a ser pasado el bienio el ministro de Gobernación, el talante del periódico es netamente conservador e incluso reaccionario, aunque su sátira política es suave e ingeniosa. Así, en el número de 3 de diciembre de 1854 presenta con este humor su proyecto de Constitución: ‘Considerando que en este bienaventurado país en que todo el mundo tiene derechos, sin que hasta la presente fecha sepamos quien tiene deberes… Considerando que cuantas Constituciones han sido proyectadas, inventadas, discutidas, votadas, aprobadas, promulgadas y no cumplidas, no valen dos cuartos de perejil’. Otra característica notable del periódico, que por lo general contaba con sólo cuatro páginas, es que no se conocía a sus redactores para evitar las represalias del Gobierno, que suspendió la publicación en varias ocasiones. Los blancos de sus ataques fueron sobre todo los hombres fuertes del momento, los generales Espartero y O’Donnell. Su redactor más importante fue el poeta José Selgas, aunque la prosa predomina sobre el verso en el contenido del periódico. Otros colaboradores fueron Adelardo Pérez de Ayala, los músicos Barbieri y Emilio Arrieta, Ceferino Suárez Bravo, Esteban Garrido, Francisco Navarro Villoslada, González Pedrosa y Severini. Este último era el autor de la única ilustración, la viñeta que encabezaba la portada de cada número y en que aparecía un fraile encapuchado que más parecía un bandolero. La sección más popular del periódico era la titulada ‘Indirectas’, que se publicaba en la última página, aunque a veces empezaba en la penúltima. Eran críticas con humor irónico y mordaz dirigidas al Gobierno y a sus ministros. Este es un ejemplo del número de 10 de marzo de 1855: ‘Al saber las conspiraciones de Cuba, el Gobierno ha tomado una actitud imponente, y se le han ocurrido estas ideas luminosas: 1.ª Que se denuncie a El Padre Cobos. 2.ª Que se vigile bien aquel rincón de la península. 3.ª Que se tiña de blanco a los negros, para ver claro en esta cuestión’. El personaje del Padre Cobos y sus indirectas son proverbiales y tuvieron su reflejo en la época en una fábula del dramaturgo Juan Eugenio Hartzenbusch, que retrató a un fraile lego que no se recataba en llamar las cosas por su nombre y cantarles las verdades a la gente, verdades que solía decir de forma ruda y sin miramientos. El último número del periódico es de julio de 1856, coincidiendo con la desaparición de Espartero de la escena política y el golpe de Estado del general O’Donnell, que abandona entonces sus veleidades progresistas. Con la misma intención y los redactores supervivientes, el Padre Cobos volvió a salir en 1869 tras el destronamiento de la reina Isabel II, pero su trayectoria fue efímera. El clima político era ya otro. Más información sobre este periódico puede encontrarse en la página web Humoristán, museo digital del humor gráfico. Algunas imágenes cedidas por TECNODOC. [Descripción publicada el 13/07/2020]