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Prometeo (Madrid. 1908)

Cultura || Literatura
Fundada en noviembre de 1908 por el abogado y político de la izquierda liberal canalejista Javier Gómez de la Serna, nace en el ambiente de las publicaciones literarias modernistas para convertirse en la más importante precursora de las vanguardias en España, sirviendo como tribuna en el comienzo de la carrera literaria y periodística de su hijo, el entonces jovencísimo Ramón Gómez de la Serna (1888-1963). De ella ha dicho Paniagua que “si no fue una revista europea, con arreglo a la fórmula comúnmente aceptada, porque había en sus páginas sustancia carpetovetónica y un pathos hispánico informando su contenido, si será, en cambio, una publicación con ventanas hacia fuera”. Su primer número lo abre un verso de Rubén Darío, a modo de prólogo, y en su número 20 (ag. 1909) el fundador del futurismo, F.T. Marinetti (1876-1944), publicará expresamente para Prometeo su “Proclama futurista a los españoles”, precedida por un pequeño prólogo escrito por Ramón bajo el seudónimo de Tristán, en el que arremeterá contra el espíritu del 98. En este manifiesto, traducido también por el joven Gómez de la Serna, Marinetti animará a los españoles a sacudirse de su pasado paralizador, insistiendo en el anticlericalismo y terminando con unas conclusiones futuristas para España de carácter político a favor de José Canalejas (1854-1912) como líder del liberalismo español. Se ha dicho que la aparición de Prometeo pudo haber respondido a la necesidad del padre de Ramón -que había perdido en las elecciones del año anterior su escaño como diputado- de disponer de una tribuna política para agrupar a republicanos y socialistas y afianzar el Bloque de las Izquierdas, tal como así lo refiere Eloy Navarro Domínguez. Javier Gómez de la Serna se encargó de redactar la sección “Política” de la revista, hasta su número 11 (sep. 1909), momento en que es nombrado por el nuevo presidente del gobierno, Segismundo Moret (1833-1913), director general de los Registros y del Notariado y al tiempo que su hijo toma las riendas de la publicación. A partir de entonces, probablemente, la siguió escribiendo bajo el seudónimo Ángel Luna. De nuevo regresará a redactarla bajo su nombre a partir del número 23 (nov. 1910) y, desde el número 27 (mar. 1911) con el anagrama JAGOSER. Prometeo nunca eliminará el subtítulo “revista social y literaria” de su cabecera. Es por ello que, además de otros artículos doctrinales de historia política o política internacional, publicará otros de tipo social o sobre el movimiento obrero, pero este carácter empezará a quedar desdibujado para adoptar un viraje más literario a partir de su número 5 (mar. 1909), coincidiendo con el homenaje a Mariano José de Larra en el centenario de su nacimiento realizado en torno a la revista, acrecentando a partir de entonces la inclusión de estudios y textos de crítica y creación literaria, tanto en verso como en prosa, convirtiéndose a la vez en recipiente de la producción de Ramón, quien publicará en sus páginas una extensa narrativa y literatura dramática. Todos los textos de la revista son inéditos, y además de unas encuestas de carácter social, publica otros sobre arte, además de notas bibliográficas, resaltando también unas crónicas de unos curiosos coloquios bajo el epígrafe “Diálogos triviales” o su sección “Movimiento intelectual”. En total han sido contabilizados en la revista hasta 141 autores y 415 colaboraciones de escritores en torno a la generación del 14 de muy diverso carácter. Entre estos cabe citar a Manuel Abril, Augusto Barcia, Joaquín Belda, Vicente Almela, Ricardo Baeza, Rafael Cansinos Assens, Juan Díaz Caneja, Enrique Díez-Canedo, Tomás Elorrieta, Carlos Fernández Shaw, Federico García Sanchís, A. Hoyos y Vinent, José Francés, Juan Ramón Jiménez, Gabriel Miró, Miguel Pelayo, Cipriano Rivas Cheriff, Emilio Carrere, Francisco Villaespesa, Fernando Fortún, Tomás Morales, Alonso Quesada o Edmundo y Andrés González Blanco, así como Juan Bautista Amorós (Silverio Lanza). La literatura francesa, italiana, alemana, anglosajona y rusa también está representada en sus páginas por, entre otros, Walt Whitman, Oscar Wilde, Tomás de Quincey, Gabriel D’Anunnzio, Anatole France, Máximo Gorki o Bernard Shaw, a través de un total de 66 traducciones originales (33 de ellas francesas) llevadas a cabo por Ricardo Baeza o el mismo Ramón Gómez de la Serna. En entregas que rondan el centenar de páginas, su formato es el propio de un libro de tamaño reducido, compuesto sin alardes tipográficos y a una columna. Su portada es ilustrada por Mariano Benlliure, estampada a dos colores a partir de su número 10 (ag. 1909), que será sustituida a partir del número 21 (sep. 1910) por una modesta estampa en el ángulo izquierdo de la cabecera. Mientras que su contraportada está ilustrada con un ex libris de R. Calduch. Otra de las colaboradoras de la revista es Carmen de Burgos (Colombine), quien en 1909 inicia un idilio con el joven Gómez de la Serna, marchando a vivir juntos a París, desde donde el joven escritor dirigirá la revista y De Burgos amadrinará sus ‘greguerías’, a la vez que visitan las principales capitales europeas.