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La Floresta andaluza

Cultura
Publicación de la entonces “moderna escuela” sevillana que constituyó una “buena muestra” del carácter de asimilación del Romanticismo, y se singularizará por su eclecticismo y adscripción isabelina, es decir, su moderado tono literario y político contrario a extremismos, a la vez que por un marcado tilde religioso y tradicional, tal como la definió Begoña López Bueno en el estudio y confección de los índices de sus contenidos que publicó en 1972. Con el subtítulo “diario de literatura y artes”, apareció el uno de abril de 1843 y editó treinta entregas secuenciadas hasta finalizar ese mismo mes, de cuatro páginas (medio pliego), a dos columnas y sin paginar. Tras un breve paréntesis, a partir del doce de mayo y como “periódico semanal de literatura y artes” seguirá publicándose, ahora en entregas de 16 páginas (dos pliegos), compuestas a una columna, desde el número 31 al 46, de 12 de enero de 1844, ya con foliación continuada (248 páginas), que, junto a las anteriores, forman su primera serie y primer tomo, incluyendo este un índice de sus contenidos por secciones. La primera de estas tres grandes secciones en la que están estructurados los contenidos de la revista lleva el epígrafe Historia, que incluye estudios, artículos y noticias de este tipo, así como biográficas, numismáticas, geográficas o arqueológicas, muchas de las cuales referidas a termas sevillanos; los contenidos de la segunda, bajo el epígrafe Artes, versan sobre estos asuntos, pero también sobre agricultura, viajes, astronomía, exposiciones o monumentos, algunos de las cuales referidos también a temas sevillanos; y la tercera, bajo la denominación Literatura y filosofía, y la más amplia, sobre crítica y creación literaria, tanto en prosa como en verso, como leyendas, relatos, romances, letrillas, sonetos, redondillas satíricas, epigramas o máximas; así como cartelera, historia y crítica teatral de las obras estrenadas en la ciudad, pero también textos sobre ciencias naturales y filosóficas o reseñas sobre las actividades y conferencias de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. A partir de finales enero de 1844 seguirá publicándose, ahora como “revista mensual de literatura, ciencias y artes”, hasta el mes de julio de ese mismo año, como segunda serie y formando su segundo tomo estas siete entregas, de 48 páginas cada una (seis pliegos) y foliadas. La colección de la BNE alcanza hasta la sexta entrega, de 30 de junio (hasta la página 287).Tanto este tomo como el anterior tienen un formato en 4º, estampados en la sevillana Imprenta de Francisco Álvarez y Compañía. Incluyeron, además, un total de cuatro láminas litografiadas del dibujante Antonio Bravo. Sus cubiertas eran de fino papel de color, cuyas contracubiertas ofrecían información de novedades bibliográficas, y utilizó bellas y originales capitulares en la composición de sus textos. Se suscribía en más de una treintena de capitales y poblaciones españolas. Será en el segundo tomo cuando aparezcan indicados los nombres de más de una veintena de sus colaboradores y de su director y principal redactor. Fue este José Amador de los Ríos (1818-1878), y entre los que escribieron para la revista se encontraron Rafael María Baralt (1810-1860), Francisco Rodríguez Zapata (1813-1889), José María Álava y Urbina (1815-1872), Juan José Bueno y Lerroux (1820-1881), Juan Nepomuceno Justiniano y Arribas (1821-1901), Luis de Olona (1823-1863) o José María Fernández, muchos de los cuales integraron el grupo más culto, poético y erudito que llevó a cabo una labor cultural de primer orden en la Sevilla de la época.