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La Filoxera (Madrid)

Revistas satíricas y humorísticas || Periódicos
Este semanario tuvo dos épocas, de 1878 a 1881, y 1884, y forma parte de la pléyade de publicaciones satíricas que florecieron con la libertad de prensa propiciada por la Revolución de 1868 y que continuó, aunque con altibajos, durante la Restauración borbónica tras la aprobación de la Constitución de 1876. De sólo cuatro páginas, con una ilustración cómica en la tercera, en su primera época no aparecía en la cabecera su responsable, pero sí un subtítulo que rezaba: parásito político semanal. Obviamente, como el título de la publicación, aludía al insecto que en la década de 1870 comenzó a arruinar las vides españolas . Ya en la segunda época comenzó a figurar en portada como fundador y director Salvador María Granés (Moscatel), comediógrafo madrileño que según podemos leer en la web www.cervantesvirtual.com fue uno de los artífices de la Edad de Oro de la parodia teatral en España. En su primer número, de 8 de septiembre de 1878, la publicación exponía su propósito: Entre todos procuraremos destruir la filoxera social, más temible que la que corroe y mata las cepas; la filoxera política, la filoxera literaria y científica y artística e industrial que nos consume y devora. Terrible es la plaga, numerosa la multitud de insectos que invade las esferas políticas, las oficinas, las redacciones de periódicos, la escena, el estudio del artista, los cafés y las calles. Constaba de varias secciones, como una de Refranes en la que jugaba con éstos para darles un sentido actual de contenido político y tono mordaz. Así, por ejemplo: A falta de Cánovas, bueno es D. Antonio, en referencia al presidente del Consejo y líder del partido conservador Antonio Cánovas del Castillo; o Más vale fiscalía en mano que cartera de Gracia y Justicia volando o El comer y conspirar todo es empezar. Otra de sus secciones, Anuncios, muy original, cerraba la publicación y constaba de mensaje comerciales inventados. Así podemos leer: Oposiciones de Mentirigillas. Desconfiar de la imitación; o este otro que alude al gran político y orador Emilio Castelar: ¡Música! ¡Música! Tanda de discursos de Castelar arreglados para piano por un posibilista. Más adelante comenzó a insertar anuncios de verdad pero redactados en tono cómico o en verso con el fin de que el público los leyera y dieran fruto al anunciante. En su número del 6 de febrero de 1881, La Filoxera publicó por orden del juzgado una sentencia en la que se condenaba por un delito de injurias y calumnias a Francisco Bueno y Collantes, anterior director de la publicación que ya no tenía nada que ver con la empresa editora. Al parecer forzadamente, un mes más tarde el semanario dejó de publicarse y no volvió a aparecer hasta tres años después, ya con la nueva Ley de Prensa más liberal de 1883, la llamada Ley Gullón. En esta segunda época, con el citado comediógrafo Moscatel como director, se dio más espacio a la caricatura política, que pasó a ocupar las dos páginas centrales, es decir la mitad de la publicación, que seguía teniendo cuatro páginas. En su primer número, de 24 de junio de 1884, dejaba claro su propósito: Venimos, pues, a combatir con el ridículo a los hombres joco-serios que han gobernado, gobiernan y gobernarán los destinos de esta vieja España… Sin embargo, esta segunda época fue efímera. La colección de la BNE termina con el número del 30 de julio de 1884, pero no parece que fuera mucho más allá. [Descripción publicada el 5/6/2018]