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La Federación (Madrid. 1889)

Escoba (Madrid)
Periódicos
Este semanario sustituyó a La Escoba con su misma dirección y su misma línea editorial y contenido, razón por la que la primera vez que salió a la calle lo hizo con el número 14 de 5 de agosto de 1889, siguiendo la numeración del anterior. Subtitulado ‘Periódico Republicano Federal’, su inspirador era el ex presidente de la I República Pi i Margall cuyos discursos y cartas recibían una amplia acogida en la publicación. Su director era José Trinchant y Fornés, quien corriendo el tiempo acabó criticando el fuerte personalismo del líder en un libro publicado en 1900 titulado: ‘Pi i Margall ante el regionalismo, la federación y la patria’, en el que le acusaba de “retardar el triunfo de la Democracia en beneficio de la causa de la reacción” y de “desorganizar a los republicanos federales”. De cuatro páginas y compuesto a tres columnas, La Federación contaba con las secciones ‘La Semana’, en la que se comentaba la actualidad política, una ‘Sección Doctrinal’ en la que defendía sus posiciones ideológicas y la de ‘Escobadas y Escobazos’ en la que satirizaba a los personajes de la vida nacional y criticaba la línea política de los periódicos rivales. En su primer número comenta el rumor extendido de que el Papa pretendía abandonar Roma, debido a una supuesta inminente guerra, para instalarse en España, concretamente en Sevilla. Que el rumor era consistente lo prueba el hecho de que el Ayuntamiento de Sevilla ofreciera al Papa la ciudad como residencia y de que La Federación publicara una carta de protesta de los republicanos sevillanos. Al igual que hiciera La Escoba, su continuador siguió publicando en verso la sección ‘Tipos y Topos. Galería de Hombres Públicos’ para que a modo de acertijo los lectores adivinaran de qué político se trataba. Seguía siendo firmada por J. Mostacilla, presumiblemente el mismo director José Trinchant. El número 52 de de 27 de abril de 1890 fue el último de esta publicación. Así lo dejó claro su director, que dedicó sus páginas a explicarse y desahogarse, dejando ver una velada crítica a Pi y Margall, crítica que años más tarde sería notoria con las acusaciones publicadas en el libro antes citado. “Yo comprendería que el señor Pi hiriese en defensa propia al que tratara de herirle; lo que no comprendo es que haya destrozado el pecho que generosamente se prestara a servirle de escudo”, escribe José Trinchant en la última entrega de la Federación, en la que afirma que decide suspender su publicación para no entorpecer o retardar la aparición de un diario federal dirigido por hombres “más afortunados”, lo que hay que leer entre líneas como personas más dóciles con la jefatura del líder. En sus dos últimas páginas, La Federación publicó una amplia relación de correligionarios, provincia a provincia, que habían contribuido con su influencia y propaganda y con su dinero al sostenimiento de la publicación, que no había estado exenta de problemas económicos. [Descripción publicada el 26/7/2018]