Con el subtítulo “periódico resumen de adelantos científicos y conocimientos útiles aplicables a las artes, a la industria y a la agricultura”, comienza a publicarse el 20 de mayo de 1899 esta revista con unas bellas cubiertas estampadas a color y otras ilustraciones en el interior de sus dieciocho páginas, en blanco y negro, como dibujos y figuras y fotograbados sobre una gran diversidad de materias referidas a geografía (inserta numerosos mapas tanto de España como del mundo y de vistas de ciudades), geología, botánica, agricultura, enología, zoología, meteorología, astronomía, química (general, analítica e industrial), perfumería, fotografía, minería, construcciones y transportes navales o ferroviarios, electricidad, mecánica, montes, microbiología, higiene, acústica, toxicología, obras públicas, expediciones viajeras, antropología, exposiciones universales o congresos, o procedimientos físico-químicos generalmente aplicados a la tecnología, la industria y el comercio. Son textos de divulgación o noticias centradas en las “novedades de la ciencia” y en los “secretos de la industria”, tal como se indica en su cabecera.
La revista se estructura en secciones, como las tituladas Los héroes de la ciencia, generalmente acompañada de un fotograbado con el retrato de cada biografiado, que firman Mariano Maciá, Eduard Fontseré, Arturo Bofill, J. de Riera, J. Batlle o J. Prats, entre otros; Apuntes politécnicos; Novedades científicas, como revista de revistas extranjeras; Crónica; Industria y comercio; Variedades; Notas curiosas o Bibliografía. También inserta anuncios publicitarios y un Memorándum industrial, y una sección recreativa, con pasatiempos o alguna máxima gráfica. Realizó una edición especial para las Américas, teniendo corresponsales en México y Buenos Aires.
Compuesta a una y dos columnas, su paginación es continuada y en la última entrega de cada año confecciona un índice de las materias contenidas en cada volumen o tomo. También al final de cada entrega inserta el sumario del número anterior. Como explicación de sus informaciones inserta numerosos dibujos y figuras explicativas de aparatos, máquinas, experimentos o fórmulas, y al principio unos bellos mapas en color o dibujos así mismo coloreados de construcciones o inventos. Por ejemplo, publica el mapa con el trazado del ferrocarril Transiberiano o una vista del comedor instalado en la barquilla-vagón del dirigible Alemania; y ofrece una amplia información sobre cuestiones químicas de fotografía, cámaras para usos científicos, como la microfotografía, la iluminación, el laboratorio o tipos de papel de reproducción.
Al principio fue una “revista quincenal”, saliendo los días 5 y 20 de cada mes, para, a partir de enero de 1901, adoptar el subtítulo “revista semanal ilustrada de ciencias y sus aplicaciones prácticas a la industria” y aparecer desde entonces cada sábado. Su fundador y primer director fue el médico M. de Sanz Anglada, que a partir del 16 de noviembre de ese año (número 85) será sustituido en la dirección por un especialista en meteorología como fue el físico Eduard Fontseré i Riba (1870-1970), principal redactor de sus contenidos y catedrático de la Universidad de Barcelona. A partir del 20 de junio de 1903, Mariano Maciá entrega también la propiedad y edición a J. Masgrau y Planas, siendo administrador Leopoldo Varó. A partir del cuatro de julio de este último año (número 170), la revista inicia una segunda época, asumiendo su dirección el biólogo Odón de Buen (1863-1945), que será sustituido por el químico y farmacéutico Casimir Brugués (1863-1940) a partir del dos de julio de 1904 (número 222). Cada editor y director le dará a la revista un carácter específico.
Tras publicar el número 588, el ocho de julio de 1911, modifica su título a: El Mundo científico, inventos modernos, que también forma parte de la colección de la Biblioteca Nacional de España.