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La Luz (Madrid. 1888)

Capuchón || Sol (Madrid. 1889)
Periódicos
Este semanario continúa la secuencia, formato y diseño de El Capuchón, así como su contenido, pues su objeto es “defender los intereses y derechos en general, denunciar abusos para darlos a conocer a las autoridades…”. Y más concretamente: “hacer públicos los estatutos y pólizas de las compañías de seguros contra incendios, pedrisco, vida, etc, para que los asegurados en las mismas conozcan la índole de ellas y puedan apreciar sus derechos y deberes, así como a éstas para que corrijan los muchos defectos de que adolecen”. Dirigido ahora por el economista José Pérez Gayoso, en su primer número con el nuevo título, de 8 de julio de 1888, avisa a sus suscriptores que tienen derecho a que en el Centro de peritaje se les resuelvan gratis todas las consultas que hagan referentes a sociedades de seguros. Este centro pericial, dirigido por José Medina y Heredia, que era antes el director de El Capuchón, se declara primero y único en España e informa así de su funcionamiento: “cuando ocurra un incendio, el asegurado, antes de hacerlo a la compañía aseguradora, avisará inmediatamente a este centro, quien le instruirá de sus derechos y obligaciones, a más de los que aparezcan de la póliza del seguro, porque éstos ya sabe todo el mundo que sólo favorecen a las Compañías”. Es pues una publicación de defensa de los consumidores, una de las primeras de España, y no duda es manifestar su compromiso en combatir los privilegios del Banco de España, de los rentistas o poseedores de Deuda pública, “hasta conseguir que contribuyan a los gastos del Estado en proporción a sus ganancias”, y otros privilegios que “existen en perjuicio de la Agricultura, la Industria y el Comercio, cuya defensa ha de ser nuestro obligado tema”. La prensa sensacionalista hacía su agosto en ese momento con el llamado crimen de Fuencarral, uno de los primeros sucesos en España que atrajo de forma masiva la atención pública. La Luz fustigó a los periódicos por ello, acusándoles de no preocuparse por lo que de verdad interesaba a los ciudadanos: “No es que queramos valernos de este incidente para acusar a los periodistas de negligentes en las cuestiones de interés general, es que esto sucede todos los días y a cada momento de una manera lastimosa”. En el número de 9 de Septiembre de 1888, y como ejemplo de su dedicación a la denuncia de los abusos, La Luz publica una durísima crítica al establecimiento para dementes del doctor Esquerdo, a quien acusa de haberse enriquecido con el centro y de no tratar bien a los internos. El artículo, titulado ‘La Casa manicomio de Esquerdo’, lleva los expresivos subtítulos de: ‘Cementerio de muertes civiles’ o ‘La inquisición privada’. Lo significativo de este artículo es que difiere notablemente de lo que podemos leer ahora, por ejemplo en la Wikipedia, donde se habla en términos elogiosos de este sanatorio que estaba situado en Carabanchel. Otro artículo que define bien el carácter de este semanario es el publicado en el número del 2 de diciembre de 1888, donde bajo el epígrafe ‘La sinceridad electoral’ el director da a conocer un sistema matemático para intentar evitar el fraude en las elecciones. Aparte de su contenido de denuncia y de sus artículos de índole económica, La Luz incluía poesías y algunas informaciones curiosas para hacer menos árida su lectura. A partir de abril de 1889 pasó a publicarse bajo el título de El Sol, dado que con el nombre de La Luz se venía editando ya una publicación de la Iglesia Evangélica. [Descripción publicada el 26/7/2018]