« Volver

Solidaridad obrera (Barcelona)

Solidaridad || Solidaridad, diario de los trabajadores || Título: Aurora, 1921 || Conocida como: Soli
Solidaridad obrera (Barcelona. 1995) || Solidaridad obrera (Badalona)
Anarquismo || Periódicos
Considerada la principal cabecera periodística del sindicalismo anarquista español, aparece en Barcelona como publicación semanal el 19 de octubre de 1907, tomando el título de la recién creada federación sindical catalana Solidaridad Obrera, de la que será su órgano y en cuya fundación tuvo una intervención destacada Anselmo Lorenzo (1841-1914), “abuelo” del anarquismo español. Desde 1911, tras la constitución de la Confederación Nacional del Trabajo de España (CNT), será portavoz de esta, y órgano de la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña, en la que se había convertido el anterior sindicato Solidaridad Obrera, y que será la más importante de este movimiento en España. Desde su nacimiento tendrá una vida llena de dificultades, tanto por su pobreza de medios en sus casi tres primeras décadas, pero siempre por la multitud de denuncias, multas, secuestros y suspensiones que padecerá, no sólo durante los gobiernos de la Monarquía, especialmente en el periodo de la dictadura primoriverista, sino en los de la II República. A pesar de que también en sus primeros años tuvo escasa tirada, por el público a la que iba dirigida, por su carencia de alfabetización, pero suplida esta por las lecturas colectivas, en enero de 1916 se convertirá en un diario de la mañana, manteniendo su ideal libertario y apolítico y de lucha a favor de la emancipación del proletariado y la abolición del capital y del Estado. Tras el largo silencio impuesto al anarcosindicalismo por el Directorio primoriverista, la “Soli” –este es el apelativo con la que se la conocerá y suspendida desde mayo de 1924- reaparecerá el 31 de agosto de 1930, iniciando una VI época, con nueva secuencia de año y número. La colección de la Biblioteca Nacional de España sólo conserva de esta etapa su número correspondiente al 12 de mayo de 1931, un ejemplar de ocho páginas compuesto a cinco columnas, en el que resaltan dos secciones: la regional y la sindical, y en cuya cabecera estampa las siglas AIT, correspondientes a la Asociación Internacional de Trabajadores (I Internacional). Desde su reaparición, su director venía siendo Juan Peiró Belis (1887-1942), que pronto será sustituido por el escritor y periodista faista Felipe Aláiz de Pablo (1887-1959), como resultado del triunfo de las tesis de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), fundada en 1927, en la disputa en el interior del anarcosindicalismo español. Aláiz a su vez será sustituido posteriormente por el periodista José Robusté (1900-), cercano en ese momento a Ángel Pestaña (1886-1937), entonces secretario general de la CNT, que también había dirigido el diario entre 1917 y 1918. Hasta el segundo año del periodo republicano se pueden contabilizar hasta cerca de una decena de directores de Solidaridad obrera. Otros números de la colección (incompleta) pertenecen ya al periodo de la guerra civil. El primero de este periodo corresponde al ocho de agosto de 1936. El apoliticismo del movimiento anarcosindicalista y libertario se había roto previamente votando masivamente en las elecciones de febrero de ese año al Frente Popular, tras el acuerdo de CNT con la Unión General de Trabajadores (UGT), el otro gran sindicato del periodo, de carácter socialista. Pero durante el periodo de guerra en el seno del movimiento anarcosindicalista pugnarán los defensores de su incorporación a las instituciones de Gobierno republicano y las que la rechazaban. En este periodo estuvieron al frente de la redacción del diario Liberto Callejas (1884-1969) y Jaime Balius (1904-1980), y desde 1937 asumirá su dirección el periodista Jacinto Torío -Toryho o Torhyo- Rodríguez (1902-1989), hasta que en la primavera de 1938 fue sustituido por Josep Viadiu (1890-1973). Durante los primeros meses de la guerra, que será además un periodo de incautaciones y depuraciones, el mítico diario matutino anarcosindicalista prestará casi toda su atención a las informaciones procedentes de los frentes, para después recuperar los artículos doctrinales junto a las editoriales, y de manera especial sus comentarios de carácter crítico y satírico (como son las secciones Tracazos y Picotazos), acompañados de una profusión de dibujos y caricaturas. Sus páginas se estructuran en diferentes secciones: Información nacional, Información del exterior, Información de todo el mundo, Asambleas y convocatorias, Deportes, Espectáculos o Teatros. Seguirá siendo un periódico con información gráfica y con inserciones de publicidad comercial, y dará también espacio a las composiciones poéticas. Esporádicamente ofrecerá reportajes relacionados con la guerra y la retaguardia, así como unos Apuntes históricos de Solidaridad Obrera o, hasta 1938, la sección A través de la prensa diaria, u otra bajo el epígrafe Movimiento libertario. Sus entregas serán de cuatro, ocho y hasta dieciséis páginas, compuestas a cinco, seis y hasta siete columnas, con unos titulares y textos en los que predomina el lenguaje crudo y directo y, en definitiva, combativo. Entre sus redactores y colaboradores aparecen los nombres de, entre otros, Ezequiel Endériz (1889-1951), Antonio de Hoyos i Vinent (1885-1940), Federica Montseny (1905-1994), Gonzalo de Reparaz (1860-1939), Mauro Bajatierra Morán (1884-1939), Antonio Morales Guzmán (1903-1942), A. Martínez Rizo, E. López de Alarcón, A. Ruiz Villaplana, Juan P. Fábregas, T. de Arrasapasti o de Federico Urales, seudónimo este de Joan Montseny (1864-1942). Entre las firmas de sus dibujantes aparecen, entre otras, las de Rivas, Niv, Ibo, Gallo, Ehbct, Franklin o Fucinas. Respecto a sus tiradas, es de destacar que no aparecieron reflejadas en las estadísticas oficiales de las dos primeras décadas del siglo veinte y a veces ni aparece mencionado el título en ellas. Aún así, se han barajado algunas cifras de circulación. Así, cuando llega Pestaña a su dirección eleva sus exiguos 3.500 ejemplares hasta los 17.000. Con la compra de su primera rotativa al diario madrileño La libertad, a partir del 30 de julio de 1931 podrá imprimir ejemplares de ocho páginas en tamaño sábana, y sus tiradas rondarán los 30.000 ejemplares, similares al periódico El socialista. Ya durante la guerra, desde su número 1.712, correspondiente al trece de octubre de 1937, empezará a sacar tres ediciones diarias, y llegará a alcanzar los 220.000 ejemplares, convirtiéndose en el periódico de mayor tirada de España. El número 2.103, del domingo 22 de enero de 1939, es el último de esta época, con la secuencia IV época y año IX. Debió dejar de publicarse el 25 de enero de ese año, con la entrada de las tropas rebeldes franquistas en la ciudad de Barcelona. El último número lo sacó Benjamín Cano Ruiz (1908-1988). Incautadas sus instalaciones, de sus talleres empezó a salir, el 27 de enero, Solidaridad nacional, con el subtítulo “diario de la revolución nacional sindicalista”, estampado en su cabecera el escudo con el yugo y las flechas de Falange Tradicionalista y de las JONS, el partido único del nuevo Estado. La CNT-AIT seguirá publicando en la clandestinidad Solidaridad obrera en Barcelona a partir de 1945 de forma intermitente: a esta época corresponden los cinco últimos ejemplares de la colección. En la Biblioteca Nacional de España se pueden consultar también las ediciones publicadas en el exilio de México (1942-1959), París (1942-1961) y de Argel (1944). Estas dos últimas también están digitalizadas. Tras la Dictadura franquista este título de la CNT reaparecerá en Madrid, Barcelona y Badalona. [Descripción modificada el 11/4/2018]