“La Ametralladora : almanaque para 1872” no es un almanaque propiamente dicho sino más bien una colección de obritas poéticas y literarias a las que se suma un calendario del año, el santoral y tablas con las horas de entrada y salida del sol. Muchos de los textos e ilustraciones traslucen un fin manifiestamente pro-revolucionario lo que explica por qué se escogió presentarlos en formato almanaque (el medio más barato y eficaz de propaganda a finales del XIX) en vez de como libro o revista.
Su autor, el supuesto Conde de Monteleón, se ha identificado en algunos diccionarios de seudónimos con el novelista Francisco Liberal y Cabrera (o Cabrero, según otras fuentes).