Uno de los numerosos periódicos de escasa vida que aparecen en la capital de España tras la restauración de la Constitución de 1812. La Biblioteca Nacional de España sólo dispone de su prospecto, de dos páginas, en el que anuncia su salida para el dos de mayo de 1820, y tras una corta vida de dos meses, debió desaparecer a finales de julio de ese mismo año. Por el citado prospecto se sabe que fue obra de un “grupo” que se separa del impresor y editor de El despertador constitucional con el que se había asociado para redactar La ley. También el prospecto, impreso por J. del Collado, señala que este periódico sale los martes y viernes “para vigilar el cumplimiento de las leyes y las infracciones de la Constitución”. Debió tener un carácter noticioso y literario y una tendencia liberal moderada.