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El Averiguador universal

Averiguador
Preguntas y respuestas
Con el subtítulo “correspondencia entre curiosos, literatos, anticuarios, etc., etc., y revista de toda clase de curiosidades” se edita en Madrid entre el 15 de enero de 1879 y el 31 de diciembre de 1882, en entregas quincenales, esta publicación basada principalmente en una especie de consultorio sobre asuntos históricos, culturales, literarios, filológicos (refranes, proverbios), arqueológicos, filatélicos, bibliográficos, folclóricos, costumbristas, biográficos y de “cuantos ramos abraza el saber humano”, tal como señala su prospecto. Adopta este título ampliado de la revista El Averiguador que se había publicado anteriormente entre 1867-1868, 1871-1873 y 1876-1877, y que había estado a cargo de Gregorio Cruzada Villaamil, Eduardo de Mariátegui y Martín y Mariano Vergara, respectivamente, y cuyas dos primera épocas forman parte también de la colección de la Biblioteca Nacional de España. El Averiguador universal es considerado la cuarta época de este tipo de revista singular, cuyo fin fue “arraigar en España una especie de comercio, trato o correspondencia literaria” entre las personas amantes del saber, que ya se había desarrollado en otros países europeos y en Norteamérica, y cuyo único límite en sus contenidos estaba establecido en las cuestiones religiosas o políticas. Ahora estará dirigida por el presbítero, filólogo, musicólogo y paremiólogo español José María Sbarbi y Osuna (1834-1910), y será estampada en la imprenta de Alejandro Gómez de Fuentenebro, en números de dieciséis páginas, compuestas a dos columnas, que saldrán los días 15 y último de cada mes. Su estructura y la naturaleza de sus contenidos son similares a El Averiguador. Las dos principales secciones son Preguntas y Respuestas, con los textos que envían a la redacción sus suscriptores y lectores, que pueden ir firmadas tanto con sus nombres y apellidos, las iniciales de estos, seudónimos o de forma anónima; aunque muchas de unas y otras lo sean por el propio Sbarbi, o aparezcan las firmas de Francisco A. Barbieri, Leopoldo Rius, Aldolphe Gautier o N. Díaz y Pérez, entre otros muchos. La tercera sección lleva también, como su antecesora, el epígrafe Curiosidades, en la que se incluyen textos o transcripciones de textos y documentos históricos, pero también noticias, descubrimientos, datos, novedades y otros textos de creación literaria, principalmente composiciones poéticas, romances, etc. Y aunque asimismo en algún momento tiene la sección de Movimiento artístico (para la compra-venta o cambio de cuadros, medallas, etc.), incluye otra principal titulada Movimiento bibliográfico, en la que da cuenta de las obras librarias que llegan a su redacción o las que pretenden vender o cambiar sus suscriptores. También incluye otra de Correspondencia entre curiosos, literatos y anticuarios, etc., y llega a insertar algún grabado. La publicación llegará a ser portavoz de la Academia Nacional de Letras Populares. La paginación de las entregas (cada una comienza con un sumario) es continuada cada año, formando la colección cuatro tomos anuales, que se acercan a las cuatrocientas páginas cada uno y con un índice alfabético por secciones. En la última entrega de 1882 anunció su suspensión. Los contenidos narrativos de esta revista han sido estudiados por José Luis Agundez García en 2006 y 2007.