Primera publicación periódica masónica española, que nace al calor de la libertad de expresión promulgada por la revolución septembrina y tras ser proclamado, en 1870, Manuel Ruiz Zorrilla, presidente del Congreso de los Diputados, gran maestre y gran comendador del Gran Oriente de España.
Sus contenidos tenían que recibir el visto bueno de tres miembros elegidos para ello y la revista tenía que ser sellada, de lo contrario podría ser considerada “apócrifa y desautorizada”. Utilizaba los nombres simbólicos de los masones que citaba o las abreviaturas de sus nombres verdaderos, así como la de sus órganos y palabras simbólicas. Así, se subtitulaba “sup. cons. de la mas. española”, es decir, Supremo Consejo de la masonería española. Su director era “Moisés” y sus redactores “Lucio” y Petrarca”. Salía de la imprenta de Julián Peña, que también era masón.
De entre ocho y 15 páginas, era de periodicidad quincenal (aparecía los días 1 y 15 de cada mes). Incluía informaciones sobre las actividades del Gran Oriente de España y de sus miembros, el desarrollo de la masonería en España y sus relaciones con los acontecimientos políticos, artículos sobre la historia de la masonería y de otras organizaciones del mismo carácter en otros países. Llegó a tener secciones fijas, como la “oficial” o la de “noticias”.
El 15 diciembre de 1873 se suspende su publicación “por motivos económicos”, al mismo tiempo que Práxedes Mateo Sagasta es proclamado gran maestre del Gran Oriente de España, y sea continuada en esa misma fecha por el Boletín de la masonería simbólica del Gran Oriente de España (1873-1874). Su logotipo no aparece ni el primer ni en el último número que edita. Al final de cada tomo incluye un índice de sumarios.