Semanario (salía los domingos) que con el largo subtítulo “periódico de intereses materiales, adelantos en las artes domésticas, higiene, parte culinaria, revistas, poesías, cuentos, anécdotas, novedades, modas, anuncios y espectáculos”, da cuenta de sus principales contenidos, y que sirve de órgano o boletín de la Agencia de Servicio Doméstico que un año antes se había creado en Madrid como empresa de colocación y contratación de sirvientes.
Su propietario y editor responsables es José Ferrer y González, que la distribuye gratuitamente a los abonados de su agencia, en entregas de cuatro páginas, a partir del tres de junio de 1866. Además de artículos sobre la relación entre criados y amos y sus secciones de higiene, culinaria, instructiva o de modas, en su cuarta plana da cuenta de los precios de los alimentos de primera necesidad (pan, carne, vino, aceite, etc.), de las cotizaciones de la bolsa, cartelera de espectáculos y anuncios comerciales.
Esta publicación es una “iniciativa insólita” de una empresa de empleo, a través de la que se puede tener una idea de las relaciones laborales entre amos y criados de la época, a juicio de Carmen Sarasúa (1994), en un mercado de trabajo que daba entonces empleo entre 60.000 y 70.000 personas en Madrid. En el número 26, correspondiente al tres de marzo de 1867, su director anuncia la suspensión de la publicación.