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La España artística (Madrid. 1888)

Cultura || Teatro
Con este mismo título hubo una publicación efímera 30 años antes con parecido contenido aunque más inclinada a la música. La España artística que comenzó a publicarse en 1888 estaba volcada en el teatro y servía de plataforma a una Agencia teatral que ponía en contacto a actores y compañías. Se publicitaba en sus mismas páginas como Centro general de contratación de artistas y formación de compañías de ópera, zarzuela, declamación y baile. La publicación, de cuatro páginas y compuesta a cuatro columnas, incluía reseñas de los estrenos en los teatros de Madrid, de las giras por España de las compañías y de las obras representadas en Europa y América. En el primer número comenzó a publicarse un folletín sobre la “Historia del teatro desde su origen primitivo hasta nuestros días” a cargo de Enrique Zumel, que figuraba como administrador y redactor del semanario. Su director, Gabriel Merino, lo había sido también de El Arte, que desde 1882 había tenido el mismo objetivo de ser punto de encuentro de profesionales del sector. Debido a su condición de plataforma de comunicación de una empresa mediadora, la publicación incluía en su cabecera un apartado de correos y un número de teléfono para agilizar los contactos. Hacía tan sólo una docena de años que el teléfono había sido inventado, lo que sugiere que Madrid no iba muy a la zaga de las grandes capitales europeas. En su última página, dedicada a anuncios comerciales, se daba una relación de artistas disponibles para zarzuela y declamación, así como las tarifas que cobraba la Agencia teatral. La portada acogía noticias del mundo teatral y a veces artículos de fondo. Así, en el número 11 de 23 de agosto de 1888, bajo el epígrafe ‘La libertad del teatro’, el erudito y políglota asturiano Antonio Balbín de Unquera publicó un artículo defendiendo la libertad para la sátira dramática de los políticos contemporáneos. “Si la prensa es libre, debe serlo también el teatro”, exclamaba en defensa de la parodia en las tablas de ministros y políticos en general, algo que era relativamente reciente en el teatro pues había comenzado con la revolución de 1868, la Gloriosa. A partir de 16 de agosto de 1892 comenzó a publicar también en la portada, aunque de manera irregular, una galería de retratos de artistas. El primero es un grabado tomado de un dibujo de José Sigler, primer barítono de la zarzuela, pero progresivamente los retratos pasaron a ser fotograbados. El semanario publicó también obras dramáticas por entregas, con autores como los hermanos Echegaray, José y Miguel, el primero de ellos toda una celebridad en la época por su condición de político, matemático y dramaturgo. Prestigio que se vio coronado por el Premio Nobel de Literatura en 1904. [Descripción publicada el 26/7/2018]