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Revista nueva (Madrid)

Literatura
Ha llegado a estar considerada como la más representativa y arquetípica revista de la generación del 98, en cuyas páginas se presentan las más diferentes y opuestas posiciones intelectuales y de pensamiento entre sus miembros, y en la que se pueden rastrear también los orígenes del modernismo en España, tal como señala César Antonio Molina, ya que será la suma de noventayochistas y modernistas. Fundada y dirigida por el periodista y escritor Luis Ruiz Contreras (1863-1953), comienza a publicarse el 15 de febrero de 1899 en cuadernos decenales, en un formato pequeño, carente de ilustraciones y sin la más mínima ornamentación ni alarde tipográfico, en donde se darán cita cerca de un centenar de firmas, entre autores españoles y extranjeros y sus correspondientes seudónimos, como ya cuantificó Domingo Paniagua. Sus contenidos son ensayos y artículos varios de filosofía, política, educación, lengua, asuntos sociales, etc. en los que se insertan planteamientos estéticos y preocupaciones de tipo ideológico, teniendo amplio espacio en sus páginas la crítica literaria, con secciones de comentarios sobre libros nuevos y revistas españolas y extranjeras, además de alguna crítica artística, especialmente la musical. Da cobijo a numerosos textos de creación literaria, con narraciones, cuentos, siendo abundante la narrativa teatral, así como las composiciones poéticas. Considerada como una revista que quiere ser “novedosa y moderna”, prioritariamente redactada por jóvenes que buscan su afianzamiento y dirigida a una “juventud intelectual”, tal como recuerda en su estudio María Pilar Celma Valero, en sus páginas sólo aparecerán escasos fragmentos de textos de autores consagrados, como Benito Pérez Galdós o José María Pereda. En sus entregas escriben representantes del modernismo, como Rubén Darío, Ramón María del Valle Inclán, Gregorio Martínez Sierra, Salvador Rueda, Francisco Villaespesa o Jacinto Benavente. Destacados son los textos de los principales forjadores del 98: Miguel de Unamuno, Pío Baroja (que utiliza también el seudónimo S. Paradoxa y J. Nessi), Ramiro de Maeztu y José Martínez Ruiz (el futuro Azorín). Entre sus redactores se encuentran Ricardo Fuente, José Lasalle, Gonzalo de Reparaz y José María Matheu, y otros periodistas, como Julio Burrel, Luis Morote, Luis López Ballesteros, Enrique Gómez Carrillo, Luis Bonafoux, Antonio Palomero o Emilio Bobadilla, que utiliza el seudónimo Fray Candil. El propio director, Ruiz Contreras, utiliza también en sus críticas literarias el seudónimo Armando Guerra, así como Palmerín de Oliva y Pseudónimo. Otras firmas son las de Bernardo G. de Candamo, Leopoldo Díaz, José Francos Rodríguez, Enrique Alonso y Orera, Vicente Colorado, Andrés Ovejero, E.H. Pacheco, J. Zahonero y Juan Bautista Amorós, con el seudónimo Silverio Lanza. Además de Rubén Darío, escriben los americanos Amado Nervo, Leopoldo Lugones y Leopoldo Díaz. Entre los autores extranjeros, aparece la traducción de Luciano Ruiz Martín de El pato silvestre, de Henrik Ibsen. La aventura de esta revista, que tuvieron que sostener económicamente los propios escritores que participaron en ella, sólo durará diez meses. La colección, que se abre paradójicamente con un “Epílogo”, está formada por dos volúmenes, con paginación consecutiva. El primero lo integran los primeros dieciocho números, desde el 15 de febrero hasta el ocho de agosto de 1899. El segundo está formado por dos series. La primera, comprende los números 19-23, y, la segunda, los números 24-30, correspondiendo el último al cinco de diciembre de ese año. Luis Sánchez Granjel publicó en 1962 una biografía de la revista, con índices de materias y varios índices auxiliares. En 1979, José-Carlos Mainer publica también una reproducción de los primeros 25 números de la revista, con una introducción de G. Ribbans, y un índice de autores, de Raquel Asún.