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Summa (Madrid. 1915)

Revistas de información general || Cultura
Subtitulada “revista selecta ilustrada”, de frecuencia quincenal (aparece los días 1 y 15 de cada mes), editada con un diseño exquisito, impresa con papel de calidad y dedicada al mundo de la cultura, con contenidos literarios, de arte (pintura, escultura, música), arquitectura, teatro, etc., pero también de deportes, modas, arte decorativo y aristocracia, junto a otros sobre medicina o asuntos militares y de política social y financiera. Resalta en su edición los fotograbados de reproducciones artísticas en color, y las fotografías y dibujos que publicó, tanto en la portada como en el interior. Aparece el 15 de octubre de 1915, dirigida por el comediógrafo, novelista y también traductor Salvador Martínez Cuenca (-1966), que después también dirigió la compañía de teatro Concha Torres, su mujer. Su redactor jefe fue el escritor modernista y periodista Bernardo G. de Candamo (1881-1967). En su larga nómina de colaboradores están Ramón María del Valle Inclán, Enrique Pérez-Canedo, Manuel Linares Rivas, Felipe Durero, Felipe Pedrell, Jacinto Benavente, Antonio y Manuel Machado, Baldomero Argente, Andrés González Blanco, Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset, Antonio de Hoyos y Vinent, Francisco Anaya, Augusto Forel, Enrique de Mesa, M.A. Castellanos, V. Lampérez Romea, José Francés, Augusto Vivero, Enrique Gomá y Fernando Bocherini, entre otros. Aurora Gutiérrez Larraya escribe sobre modas y publica dibujos. El entonces diputado Julio Amado, sobre asuntos militares; Leopoldo Alonso, sobre deportes de minorías (alpinismo, automovilismo, etc.); León Boyd sobre el mundo de la aristocracia, y M. Nelken, sobre arte. Además de artículos y crónicas, inserta también textos de creación tanto en prosa como en verso. Dedicó el número del 15 de marzo de 1916 en homenaje a Rubén Darío. Inserta ilustraciones y láminas, además de la citada Aurora Gutiérrez Larraya, de F. Pérez Dolz, F. Labrada, L. Felow, Moya del Pino y Menchón, además de fotografías de Julio Romero de Torres. Por su amalgama de contenidos, sus bellas ilustraciones a color y edición esmerada, en números en un formato pequeño, compuestos a una columna y que superan ampliamente el medio centenar de páginas, debió buscar a sus lectores entre la aristocracia y la alta burguesía ilustrada y moderna. En el número 15, correspondiente al 15 de mayo de 1916, anuncia su suspensión temporal, con tan sólo tres trimestres de vida. Probablemente no reapareció más.