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El Lloyd español

Lloyd de España
Economía || Periódicos
Subtitulado “diario marítimo y de intereses mercantiles”, comienza a salir con esa periodicidad el uno de septiembre de 1861, con un término en su cabecera que se había hecho famoso a mediados de ese siglo aplicado a las entidades relacionadas con la marina mercante y el seguro marítimo inspiradas en el modelo británico. Sus contenidos se refieren preferentemente al tráfico marítimo y comercial. En números de cuatro páginas, primero a tres columnas y después a cinco, está estructurado en diversas secciones. En la parte oficial, ofrece la normativa que promulga la Dirección de Hidrografía relativa a los faros y fanales; da cuenta también de los precios de los productos de los mercados nacionales y de los artículos de importación, del movimiento portuario tanto en Barcelona, como en los demás puertos españoles y extranjeros, cotizaciones de la bolsa y despachos telegráficos y correspondencia extranjera, además de anuncios comerciales. Dirigido al principio por Andrés Calmuntia y teniendo como secretario de redacción a Manuel C. y Martínez, pasó a ser su propietario y director Leopoldo Palomino de Guzmán, y su secretario de redacción, Manuel Marsal, subtitulándose “diario político independiente, marítimo, comercial, industrial, literario y de avisos”, dando cabida también a editoriales y artículos de fondo, así como a gacetillas locales, crónicas parlamentarias, sección de espectáculos y, además, a la inclusión de algún folletín literario, así como crónicas comerciales e informes, preferentemente, sobre aspectos de la marina mercante. No fue ajeno a los problemas que planteó la censura gubernamental y a partir del dos de junio de 1867 inicia nueva época bajo el título Lloyd de España. El último número de la colección corresponde al 12 de septiembre de 1868, días antes de la revolución que obliga a Isabel II al destierro.