Tras editar sólo tres números de su revista antitaurina con el título de El flamenco, el escritor y popular periodista Eugenio Noel (1885-1936), la continúa publicando pero bajo la cabecera El chispero, manteniendo el mismo subtítulo: “semanario antiflamenquista”, título éste sinónimo de chulo o chulapo, majo o manolo. Noel, imbuido de republicanismo y del regeneracionismo de Joaquín Costa, estaba convencido de que los males de la España de su época radicaban en la incultura, la excesiva influencia clerical y en la afición de los españoles a los toros. Por ello dedicó toda su vida a una titánica y personalísima campaña antitaurina, de la que es ejemplo su revista, en la que utiliza espectaculares alardes gráficos y unos atrevidos textos de corte directo como precursor del sensacionalismo, para criticar el mítico negocio del mundo del toro y la política y la cultura del mismo. Noel tuvo en su personal afán redentor sus propios enemigos, quienes le rechazaron la superficialidad, pedantería y el enfático estilo de sus escritos.
Para la confección de El chispero siguió utilizando una gran profusión de grabados de la cultura helenista y fotografías y también se apoyó en textos antitaurinos de Azorín (1873-1967) o Miguel de Unamuno (1864-1936), y aunque había duplicado su paginación con respecto a su anterior título –El flamenco- y mantenía la numeración de este, duplicándola con la de la nueva cabecera, El chispero terminó por desaparecer tras la edición de sus tres entregas, debido sin duda a la falta de medios económicos para su permanencia y a la pérdida de apoyos procedentes de los anuncios comerciales.