Periódico que dice publicarse para “analizar y combatir como irracional la práctica de ese cúmulo de hipótesis absurdas denominado con el impropio nombre de ‘medicina secular’”, practicada, según su redactor por “la gran familia de los brujos, espectros, vampiros, hechiceros, etc.”. Defiende en estilo satírico la homeopatía, a la que califica de ser “la única medicina verdadera, la única racional”, y se declara enemigo acérrimo de la denominada alopatía.
Contiene una sección clínica, otra denominada “parte oficial” y otra de “variedades”. Mantiene una viva polémica con los periódicos de la época que tratan de estos temas. De ocho páginas por número, sólo llegó a editar tres en el mes de noviembre (su periodicidad era decenal) y fue suspendida por orden de la autoridad superior política de la provincia. Su redactor pudo ser el médico homeópata progresista Pedro Mata. Fue continuada por El centinela de la homeopatía (1850-1851).