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La Porra (Barcelona)

Revistas satíricas y humorísticas
Efímero semanario satírico ilustrado que nació con los nuevos aires de libertad para la prensa que trajo el Gobierno del liberal Sagasta, quien sustituyó al conservador Cánovas del Castillo. Unos meses antes de la Restauración borbónica de 1874 se publicó otro periódico con el mismo título de La Porra también en Barcelona, aunque se desconoce si los promotores de uno y otro eran los mismos. Probablemente el nombre de la porra, aunque no el espíritu, pues estas publicaciones satíricas no predicaban la violencia, esté tomado de las llamadas Partidas de la porra que proliferaron en España durante el Sexenio democrático o revolucionario (1868-1874). El primero de estos grupos violentos se formó en Madrid dirigido por el periodista y empresario teatral Felipe Ducazcal, al parecer vinculado al general Prim, lo formaban unas 30 personas y se dedicaban a amedrentar a políticos y prensa rivales. En el Sexenio proliferaron las publicaciones satíricas de diferentes tendencias políticas, aunque la gran mayoría de ellas no estaban adscritas a ninguna ideología. Ejemplos de publicaciones satíricas carlistas y republicanas son, respectivamente, La Gorda y La Flaca, que tomó precisamente el nombre en oposición a la primera. La Flaca marca un hito en este tipo de prensa dado que comenzó a publicar caricaturas a doble página y en color, con lo que fue muy imitada por otras publicaciones. La Porra que se publicó en 1881, de cuatro páginas por número, imitó también a La Flaca, que ya había desaparecido, en su tendencia republicana y en la publicación de una doble página central en color con caricaturas de los políticos del momento. De hecho, es lo más destacado del semanario. En las ilustraciones se puede leer Lit . Pigrau, por lo que lo más seguro es que se trataran de litografías realizadas por Antonio Pigrau y Subirachs. En algunos números sin embargo aparece la firma de otros ilustradores. Pigrau no adquirió la relevancia de Tomás Padró, caricaturista de La Flaca, pero salta a la vista la calidad de su trabajo. El semanario, también anticlerical como había sido La Flaca y otros periódicos satíricos del campo republicano, fue especialmente crítico con Emilio Castelar, que había sido presidente de la I República Española y acabó aceptando la Monarquía de Alfonso XII. Tras publicar 28 números, La Porra desapareció coincidiendo con el final del año 1881. No explica las razones de su desaparición, pero en la portada y bajo el epígrafe de Despedida da cuenta de ello en un alarde de ironía que merece la pena su lectura. Viene decir que como todo marcha ya en España perfectamente sobra la censura y por tanto la porra. [Descripción publicada el 31/10/2019]