Publicación especializada semanal que se mantuvo muy estable y no dejó de salir desde su creación en 1902 hasta el inicio de la Guerra Civil. Como excepción, no se publicó en una ocasión el 10 de octubre de 1934 con motivo de la llamada Revolución de Octubre. Su paginación fue igualmente muy estable, oscilando entre las 8 y las 16 páginas, normalmente este último número sin contar las cubiertas.
Con el subtítulo de Revista de información semanal, la sede de La Actualidad financiera estaba situada en la plaza de la Lealtad, el mismo lugar donde unos años antes se había inaugurado la Bolsa de Madrid. No es ninguna casualidad dado que la negociación de todo tipo de valores en las Bolsas nacionales y extranjeras era la información preferente que proporcionaba el semanario, que advertía no obstante que no aceptaba órdenes de Bolsa ni subvenciones.
Sin embargo, la publicación sí hacía de intermediaria en la negociación dado que publicaba gratis las órdenes de compra y venta de valores de sus suscriptores y facilitaba su nombre y dirección a cualquier persona interesada en la oferta.
Una de las secciones más características de la publicación era la titulada Balance semanal, que se publicaba en la portada y podía ocupar varias páginas. En ella se hacía un repaso a lo que había sido la actualidad internacional, con preferencia a la nacional, desde el punto de vista económico y financiero. La revista no solía entrar a fondo en cuestiones políticas, aunque no falten excepciones a esta línea editorial, con opiniones respecto a la actuación del Gobierno y los ministros responsables de los aspectos económicos y presupuestarios.
Merece citarse en el primer número al comentario que hace respecto al deseo del joven Alfonso XIII de que España tuviera una potente armada naval. Bajo el epígrafe titulado ‘La escuadra’ puede leerse: ‘Vuelve a estar sobre el tapete la cuestión de construir una escuadra, y se da por seguro que la iniciativa de ello corresponde a S. M. el Rey. No nos extrañan esas aspiraciones, plausibles en el joven Monarca. Todos a los diez y seis años hemos soñado con batallas, abordajes, conquistas, etc.; lo que nos extraña es que los dos partidos monárquicos no hayan declarado ya que el país no está para esas bromas y que las Cortes no votarán un céntimo para construcción de barcos, mientras no esté hecho el catastro y la repoblación forestal, terminada la red de ferrocarriles secundarios y el plan de pantanos y riegos; mientras no reciban la instrucción primaria la totalidad de los españoles y se haya suprimido el vergonzoso ingreso de la Lotería y se haya reformado el impuesto de Consumos. Hecho todo esto, y con un superávit de 80 a 100 millones, podría, tal vez, pensarse en los barcos, y aun así, no todos opinarían por su construcción’.
El semanario tenía una cubierta de color granate que no se conserva en la mayoría de los números que posee la BNE. En esta cubierta solían aparecer varios anuncios de publicidad, el principal de ellos generalmente correspondía a una entidad bancaria. La información estaba organizada en dos columnas y en conjunto pesaba más el contenido internacional.
En lo que al contenido informativo nacional se refiere, es también interesante cómo una publicación como ésta, claramente incardinada en el sistema capitalista de producción, acogió el advenimiento de la II República. En su número de 22 de abril de 1931 publicó las primeras disposiciones del Gobierno provisional y la noticia de una entrevista de representantes de la banca con el ministro de Hacienda, Indalecio Prieto, en la que éste calmaba a los inversores garantizando el derecho de propiedad, después de que los depositantes hubieran retirado su dinero de una entidad bancaria de Málaga ante la eventualidad de que el Gobierno pudiera restringir la libre disposición de las cuentas corrientes.
[Descripción publicada el 17/9/2020]