Con el subtítulo “semanario filosófico-moral y literario”, salía los domingos, a partir del uno de noviembre de 1861, fundado y dirigido por José Amores y Carbonell (1832-1891), que será presbítero beneficiado de Santa María del Mar, de Barcelona, y que años después, al estallar la revolución de 1868, tendrá que salir huyendo hacia Francia. En números de ocho páginas y compuesta a dos columnas, la publicación está dividida en dos secciones. La primera, doctrinal, con textos de índole apologética y defensores de la moral católica, con incursiones en aspectos sociales, como son el matrimonio o el asociacionismo de las mujeres en torno a las congregaciones religiosas. A través de estos artículos, el periódico se mostrará contrario, por ejemplo, a la práctica de los duelos y al suicidio, pero también se declarará enemigo del “libre examen” y de lo que, desde una posición neocatólica y balmesiana, se denominaba “progreso indefinido”. La otra parte será literaria, con algunas composiciones en verso, leyendas, relatos o bibliografía. También incluye algunos obituarios y artículos sobre juegos florales, fiestas o el monasterio de El Escorial. Junto a los artículos del propio Amores, que también fue colaborador en otras publicaciones periódicas, aparecen los de un nutrido número de colaboradores, de los que citamos a Aniceto de Pagés de Puig, Francisco de Asís Renau, Pedro Mártir Pujals, Tomás Illa Balaguer, Joaquín Roca y Cornet, Luis Gallardo Bastant o María Josefa Massanés de González. La colección está formada por 61 números, correspondiendo el último al 28 de diciembre de 1862, que forman un tomo, con un total de 488 páginas, que incluye, al final, un índice. Por tanto, a penas duró un año. Jaime Jepús, además de impresor, aparece como editor responsable.