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Algo (Barcelona. 1929)

Revistas satíricas y humorísticas
Considerado como un magazine “inclasificable” por López Ruiz (2006), su subtítulo es el de “semanario ilustrado enciclopédico y de buen humor”, en el que el espacio de sus páginas se lo reparte un abundante número de dibujos (caricaturas, chistes, tiras cómicas e historietas, que alcanzan algunas el formato del cómic o el tebeo) y de fotografías, además de los textos. Su pretensión es la de agradar y entretener de las “mil preocupaciones” del público, tanto español como hispanoamericano, con contenidos predominantemente humorísticos junto a noticias o textos de divulgación de conocimientos generales, inventos antiguos y modernos, o de novedades en ciencias, artes, industria, técnica o artículos de consumo; de viajes y exploraciones, vistas, usos y costumbres tanto de España como del resto del mundo; de vidas y hábitos de animales y plantas, y retratos y semblanzas de personajes célebres, y todo ello en un estilo ligero, no pedagógico ni “empalagoso”, como indicaba en su presentación. De ahí su carácter “enciclopédico” o de asuntos varios o generales y de puro entretenimiento y a la vez de actualidad redactados y presentados de forma amena. Aparecerá cada sábado en entregas de dieciséis páginas (sin foliación), a partir del treinta de marzo de 1929, cuando la Dictadura primoriverista está a punto de desarbolarse, con cubierta y contracubierta y las páginas dedicadas al grafismo humorístico estampadas a varias tintas, mientras que las fotografías lo serán en blanco y negro. Su director será el periodista, crítico teatral y dramaturgo Manuel Jiménez Moya, nacido en Guipúzcoa en 1877, y que desde 1921 venía siendo también director del mensual Lecturas, asimismo propiedad de la Sociedad General de Publicaciones, después de haber sido redactor y director de varias publicaciones periódicas de Madrid y Barcelona, a donde había recalado en 1904. Junto al semanario se repartían como folletines obras de carácter asimismo general. Es el caso del cuadernillo, de dieciséis páginas, de una geografía universal ilustrada titulada La tierra y sus pobladores; otro cuaderno, de ocho páginas, de una obra teatral, y un tercero, también de dieciséis páginas, de una novela. El magazín y las tres entregas de las respectivas obras tenían un precio de 25 céntimos, repartido entre los 10 céntimos del semanario y los cinco céntimos de cada uno de los otros tres cuadernillos. Al mismo tiempo la publicación organizará diversos concursos entre sus lectores con premios en metálico u objetos. La cubierta de la revista la ocupa siempre un dibujo a color, y esta se estructura en varias secciones. La primera bajo el nombre de “Cribado y escogido”, con breves textos. Le siguen páginas de tiras e historietas cómicas y textos literarios de amena lectura. Sus páginas centrales las dedica a la sección “Del mundo y de la vida”, con fotografías acompañadas de textos cortos explicativos o descriptivos o de comentarios a modo de pies de foto largos. Titula la siguiente sección como “Humorismo en píldoras”, dedicando la siguiente a deportes, para por último insertar los textos e ilustraciones de divulgación. La contracubierta, también a color, la ocupa generalmente otra historieta cómica. Da cabida también a inserciones publicitarias. Entre las firmas de sus colaboraciones se encontrarán las de Manuel Abril, Julio Camba, Álvaro Marimón, Gerardo Marqués, Ramón Caralt, Mariano Tomás, Vicente Veiga, J. Comas Salas, E. Freixas, Julián S. Valero, Enrique García Álvarez, Blas Bofill, Antoniorrobles, A. Jorjensen o la del caricaturista inglés Ridgewell. Las primeras reformas de “mejoramiento” en la publicación se producen en febrero de 1930. Se cambian las portadas y la tipografía. Aumentan sus entregas a 24 páginas, y además de las que venía estampando en el moderno procedimiento Offset, introduce cuatro centrales de huecograbado, con una media de diez fotografías, aumentando en cinco céntimos el precio del ejemplar. Desde noviembre de ese año hasta enero de 1931 romperá por este tiempo su periodicidad, siendo entonces mensual. Incorporará nuevas secciones, como la de “Un lector y yo”, firmada por el director, o una dedicada a pequeñas biografías; su subtítulo cambiará a “ilustración popular”; irá reduciendo los contenidos gráficos de humor, hasta que llegan prácticamente a desaparecer, para recuperarlos posteriormente, pero en muy poca medida; irán desapareciendo también los textos literarios, para aumentar los reportajes sobre excursiones, viajes, fiestas, arte, monumentos, turismo, descripciones geográficas o de formas de vida y sociedad; dedicará más espacio a los deportes, desarrollará también los dedicados al cine e incluso incorporará lecciones de conversación inglesa; y aumentará su número de fotografías, que empezarán a ocupar el espacio de sus cubiertas, en lugar de los dibujos. Aumentan también sus folletines y repartirá asimismo láminas en color en estos, que suplirán a ocho páginas de texto. También irá perdiendo completamente el color para ser estampadas sus páginas en sepia o en azul, incluidas sus cubiertas a partir de julio de 1933. Será una revista ajena completamente a la política o a los asuntos conflictivos, bélicos o sociales. Ni su grafismo humorístico, ni textos ni fotografías traspasarán en lo más mínimo la barrera de lo enciclopédico, divulgativo, curioso y ameno. Nunca se verá perturbado este carácter ni por la dictadura, ni la dictablanda ni la instauración republicana, ni la propia guerra civil consiguiente. Hasta que el 27 de febrero de 1937 cambie completamente su formato y edición. A partir de entonces será una “edición especial que se publicará en tanto no podamos resolver las dificultades que hoy nos resultan insolubles”, tal como se indica en la portada de sus entregas. Estas dificultades serán las referidas a la falta de papel de impresión y de material fotográfico que le era necesario; al cese absoluto de los envíos de material por las agencias y a la no recepción de las revistas extranjeras en su redacción. La paginación de sus entregas variará a partir de entonces, desde las ocho hasta las cuarenta, y sus contenidos serán textos por lo general procedentes de sus folletines literarios o de cultura general (letras españolas, ciencias físicas, artes y costumbres, o la vida misteriosa de las flores, entre otros temas), acompañados de algunas fotográficas de reproducciones artísticas. El último número de esta publicación en la Biblioteca Nacional de España es el 428, edición especial de 1938, de su décimo año de edición por la Sociedad General de Publicaciones, empresa en ese momento “colectivizada”. Su director, Jiménez Moya, cuya fecha de nacimiento se desconoce, llegaría a colaborar, entre 1940 y 1942, en los diarios Madrid y El Alcázar.