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El Conciso (Cádiz)

Periódicos anteriores a 1850
Las Cortes de Cádiz y su revolucionaria proclamación de la libertad de imprenta, en noviembre de 1810, supone un momento de auténtico furor editorial tras los años de prohibiciones anteriores. El periódico El Conciso, dirigido por Gaspar María de Ogirando, fue quizás el título más destacado de este periodo y una importante fuente para seguir el desarrollo de los acontecimientos contemporáneos, fundamentalmente las sesiones de Las Cortes que alumbraron la Constitución de 1812 en un Cádiz asediado por las tropas francesas de Napoleón. La razón de su título es que se proponía ir al grano, dando noticias y no reproduciendo largos discursos, teniendo en cuenta además el poco tiempo que el público tenía para la lectura. Se trata de un periódico liberal, polemista, de pequeño tamaño, gran defensor de la libertad de imprenta, que supo burlar la censura que imponía el Gobierno de José Bonaparte y combatir la propaganda de los círculos afrancesados afines al Gobierno. Está considerada una de las publicaciones mejor escritas de esos años y contaba con una gran audiencia. Algunas fuentes han calculado su difusión en 2. 000 ejemplares, muy superior a la tirada de otros periódicos. El Conciso comenzó su andadura el 24 de agosto de 1810, un mes antes de que comenzara la reunión de Las Cortes. La colección de la BNE no está completa; se inicia con el número 16, del 24 de septiembre, justo cuando comienzan las sesiones. Este número va precedido de una lista con el nombre de los diputados. De las ocho páginas con que cuenta, cuatro corresponden a esa lista. El periódico comenzó a editarse a días alternos para más tarde hacerse diario. Constaba de cuatro, seis u ocho páginas en función del volumen de información disponible. A partir del 28 de septiembre de 1810 publicó en sus dos últimas páginas un suplemento titulado Concisín, de periodicidad irregular. En él se daban noticias varias, como los sucesos más destacados de la guerra contra los franceses. Entre septiembre y diciembre de 1810, El Conciso todavía no tenía la competencia de otros periódicos y pudo publicar en exclusiva la información de Las Cortes, lo que tuvo una repercusión enorme en toda España e incluso en el extranjero. Era un tiempo en que todavía no había un diario oficial de sesiones. Debido a esta posición de privilegio el periódico influyó también en los diputados, por ejemplo, en que no hubiera debates secretos, sino que las sesiones fueran siempre públicas. También influyó en el resto de la prensa para que los diputados fueran tratados con respeto anteponiendo a su apellido el tratamiento de ‘señor’. No hay mejor prueba del éxito que tuvo este periódico en los primeros momentos de la Cortes de Cádiz que ver como la gente se impacientaba para adquirirlo cada mañana. Lo contó así el director de El Conciso en su número del 29 de setiembre de 1810: ‘El día de la salida del Conciso está fixado, pero no la hora. Así que siendo en día par, cumplo: yo soy aficionadillo a madrugar; pero quando nuestros idolatrados Padres de la Patria pasan malas noches no hará mucho El Conciso en pasarlas; y pedirle que madrugue a un hombre que ha pasado mala noche es querer matarle’ El último número del periódico fue el del 11 de mayo de 1814. Estaba condenado a desaparecer como toda la prensa liberal después de la vuelta de Fernando VII a España, una vez que el ejercito francés, vencido, se había retirado de la Península. Estando en Valencia, el rey firmó el 4 de mayo un decreto por el que disolvía Las Cortes, abolía la Constitución de 1812 y restauraba el absolutismo. El Conciso, que desde comienzos de 1814 se editaba en Madrid, sólo duró una semana más. En su último número todavía se puede ver como sus redactores, ingenuamente, creían que cuando Fernando VII llegara a Madrid respetaría las libertades de la Constitución, dado el sacrificio que el pueblo español había hecho por la independencia y para conseguir su vuelta a España. El director, Gaspar María de Ogirando, que era vasco de origen, parece que marchó a México exiliado, aunque no se sabe con seguridad su paradero. Uno de los principales redactores de El Conciso, encargado de las crónicas parlamentarias, fue el poeta Francisco Sánchez Barbero, quien murió en la prisión de Melilla, donde fue internado junto con otros liberales. [Descripción modificada el 17/08/2022]