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Los Quijotes (Madrid)

González Linera, Emilio (m. 1933), director de la publicación
Literatura
Revista que desempeñó un papel destacado en las “escaramuzas” de la primera vanguardia literaria española (Pérez Bazo: 1998), a la que se la data como pre-ultraísta, al acoger en sus páginas las colaboraciones de unos entonces jóvenes y noveles poetas de este movimiento en germen, cuando a muchos de ellos prácticamente nadie conocía aún. Seoane y Sáinz (1996) la sitúan también en esa transición, “en la que se percibe ya una nueva sensibilidad estética” y en la que colaboran muchos escritores que integrarán más tarde el movimiento ultraísta. Tira su primer número el diez de marzo de 1915, y con frecuencia quincenal –su primer subtítulo fue así de escueto: “publicación quincenal” – llegaron a salir 88 entregas, hasta el 25 de octubre de 1918. Se la ha calificado de “artesanal” y “modesta publicación cervantina” (Paniagua: 1970), y al darle Osuna (2014) también este epíteto añade que “es un decir”, aunque su propietario “lució con generosidad en sus páginas los frutos dudosos de su cervantismo a ultranza". Desde el 25 de febrero al 10 de mayo de 1916, la revista adoptará, precisamente, el subtítulo: “revista cervantista” (modificará también el diseño de su cabecera), y en el saludo de la propia revista se autodenominará, lejos de cualquier pretensión, de “periodiquito”. De reducida tirada y difusión, pero no por ello “insignificante”, comienza con un formato en octavo pequeño, que después varía tanto para aumentarlo como reducirlo, siendo compuesta a dos columnas y a veces a una. También variará su paginación, generalmente de ocho, a veces las duplica o alcanza las 24 páginas (10 sep. 1917). Fue fundada y dirigida por Emilio González Linera (-1933), tipógrafo de profesión y propietario de una pequeña imprenta, en la que estampará la publicación. Al incorporarse Rafael Cansinos Assens (1882-1964) a sus páginas, la revista se polarizará en torno a su figura, y en ella publicarán sus primeros poemas, entre otros, Pedro Garfias o un jovencísimo Guillermo de Torre, entonces de dieciséis años, además de César A. Comet, Jaime Ibarra, Eduardo Barriobero y Herrán, León Cervera, Vicente Huidobro, Rafael Lasso de la Vega, Juan González Olmedilla, Rogelio Buendía, Evaristo Correa Calderón, Xavier Bóveda, José Rivas Panedas, Manuel Delgado Bermejo, Ernesto López Parra, Eladio Prieto, Adriano del Valle, Lino Cuesta, Mauro Bajatierra, Luis Tous, (Fernando Tous aparece como administrador), así como Encarnación Cutillas Lázaro, Carmen Pérez Castro, Leonor Rodríguez o Carlota Remfry de Kid, entre otros. También aparecen textos bajo seudónimos, como Un Español, Esperanto, Tito, Rocinante, Rafasán (Rafael de San Millán), Silverio Lanza (Juan Bautista Amorós) o Luciano de San-Saor (Lucía Sánchez Saornil), o bajo iniciales, como L.T. o F.R. Son publicados relatos, estudios, diálogos, cartas, poemas, crítica bibliográfica y recesiones, así como traducciones, algunas de ellas por el citado Cansinos Assens, de Apollinaire, Reverdy o Roger Allard. En sus primeras entregas comenzará a insertar El Quijote, en formato folletín. Desde enero de 1917 publica en la cubierta de cada entrega el entonces retrato juvenil (enmarcado en un óvalo) de muchos bisoños escritores que se estaban dando cita en esta revista y que más tarde se reencuentran en las publicaciones “oficiales” del ultraísmo (Osuna: 2014), y que proceden de la cámara del fotógrafo Cartagena, subtitulándose después “revista ilustrada”. También abrió una suscripción a favor de los sefardíes. González Linera es citado en la bibliografía de referencia más como anarquista, aunque en alguna lo califica de “hombre liberal”, que ofreció su saber al servicio de la alfabetización y la educación, escribiendo y difundiendo cuentos para niños, a través de la Colección Linera. En Los Quijotes publicará algunos textos cervantinos, como Diálogo entre don Quijote y Sancho, Sancho en su gobierno y Las mujeres del Quijote. Miembro de la masonería, fue también fundador a principios del siglo veinte de la revista Luz española, escrita en esperanto y castellano, y publicará también los 72 números de la revista Vida masónica (1926-1933), de la logia madrileña La Catoniana. También fundó la masónica Biblioteca Catón (1916-1934). En el último número Los Quijotes aparece una carta de Adriano del Valle a Cansinos Assens, en la que se da cuenta de la creación de Grecia (1918-1920), una de las revistas ultraístas por excelencia, que marcará el “desvanecimiento” de Los Quijotes. Paniagua (1970) señala que su desaparición fue por “absorción” de la “tropa pastoreada olímpicamente” por Cansinos Assens, que “desertó al sur”, es decir, a las páginas de la citada publicación sevillana.