Publicación dedicada a la caza y la pesca que se editó desde 1878 a 1885. Es destacable por la calidad de sus grabados, con escenas de montería y pesca en distintos lugares del mundo o con dibujos de animales. Del primer año, en que había un mayor número de ilustraciones, el editor hizo un álbum con más de cien grabados que vendió aparte.
La revista, que constaba de ocho páginas, tuvo en principio periodicidad decenal para pasar a ser quincenal a partir de 1881. Sirvió de soporte para la venta por el editor de libros históricos sobre la caza, como El Libro de la Montería del Rey Alfonso XI, El Libro de la Caza del príncipe Don Juan Manuel, el Libro de la caza de las aves del canciller Pero López de Ayala o El Discurso sobre la Montería de Gonzalo Argote de Molina.
El editor de la publicación fue José Gutiérrez de la Vega y Moncloa, sobrino del pintor romántico del mismo nombre y primer apellido. Gutiérrez de la Vega y Moncloa fue, además de editor, periodista y político. En la cabecera de la revista figura como director y propietario.
Además de La Ilustración venatoria, fundó años antes el periódico El Heraldo médico. Como político fue diputado y senador por varias provincias y gobernador civil de Granada. Sus últimos cargos poco antes de su muerte los desempeñó en Filipinas. Precisamente, además de otras colecciones de libros, editó una Biblioteca Histórica Filipina.
La Ilustración venatoria llevaba un largo subtítulo que decía: ‘Periódico de caza y pesca, de sport y recreos campestres, de aclimatación y cría de animales domésticos, y de cuanto tenga relación con la agricultura y con los deleites de la vida del campo’.
En efecto, cuando se hojean sus números y páginas se pueden encontrar artículos y reportajes de las materias citadas en el subtítulo. Además, pueden verse una sección de ‘cocina venatoria y piscatoria’ y otra de ‘Gacetillas’ con noticias como las competiciones de tiro de pichón.
En la última entrega de la publicación, con fecha 30 de diciembre de 1885, el editor anuncia el cese de la revista a su pesar. La razón era económica. No había conseguido un número suficiente de suscriptores que permitieran financiarla. Gutiérrez de la Vega se lamentaba, además, del poco interés de los lectores por conocer la literatura histórica relacionada con la caza.
[Descripción publicada el 4/05/2023]