Periódico satírico de ideario republicano nacido como tantos otros tras el huracán revolucionario de 1868, que expulsó del trono a Isabel II y que trajo consigo una libertad de prensa como no se había conocido antes, sin censura ni ningún otro requisito previo.
Lo que distingue a esta publicación de otras de este periodo que utilizaron la caricatura política como arma para propagar sus ideas mediante el humor y el sarcasmo es la gran calidad de sus ilustraciones, cuyo autor y también director, Eduardo Sojo, es uno de los grandes dibujantes de la segunda mitad del siglo XIX.
De vida efímera, lo que era corriente en esos años de indefinición política, El Caos nació cuando los generales Prim y Serrano, dueños de la situación, buscaban un rey para España tras descartar la alternativa republicana. En su primer número, la publicación se declara defensora de una República democrática federal y para que no haya margen de duda inserta en su cabecera una viñeta que retrata el fin violento de algunos reyes a lo largo de la historia, como la muerte de Luis XVI en la guillotina durante la Revolución francesa.
Con solo cuatro páginas, siendo doble las dos interiores para el despliegue de las caricaturas, son estas ilustraciones las que comenzaron a dar celebridad al joven Sojo, quien de acuerdo con la investigadora María Méndez Rutllán, fue el caricaturista que más veces sufrió la censura por sus dibujos a lo largo de su dilatada trayectoria (Eduardo Sojo, caricaturista y político, Villa de Madrid, revista del Ayuntamiento de Madrid, n.60, 1978).
A causa de la persecución que sufrió se vio forzado en ocasiones a emigrar, de ahí que consiguiera el éxito en tres países distintos con la publicación del semanario satírico El Quijote, en Argentina a partir de 1884, en Uruguay en 1887 y finalmente en España desde 1892 hasta 1902.
Entre las caricaturas que publicó en El Caos podemos ver dos cabezas compuestas, a modo de las que pintó Arcimboldo a finales del siglo XVI, valiéndose de personajes y situaciones del momento.
La primera cabeza, publicada el 13 de junio de 1870, corresponde a Juan Moreno Benítez, gobernador civil de Madrid tras la revolución de 1868, la Gloriosa, y la segunda al pretendiente al trono de España Antonio de Orleans, duque de Montpensier, marido de Luisa Fernanda, hermana de Isabel II. Esta última caricatura salió publicada en el número 14 del 4 de julio, último número que posee la BNE y que debe ser también el último de la publicación.
Eduardo Sojo, nacido en 1849 en Madrid y muerto en la misma ciudad en 1908, es uno de los caricaturistas del siglo XIX más estudiado. Puede leerse en internet, en la Revista Científica e Información y Comunicación, un completo ensayo de Antonio Laguna Platero y Francesc A. Martínez Gallego con el título: El Quijote de la caricatura.
Una anécdota refleja la popularidad que llegó a alcanzar el caricaturista, también conocido por Demócrito: El diputado republicano por Valencia Rodrigo Soriano, en una intervención en el Congreso, denunció la detención de un hombre y su mujer por tener pegadas en las paredes de su casa las láminas de Sojo “Adiós Torquemada”, aparecidas en la revista Don Quijote el 7 de febrero de 1902.
[Descripción publicada el 14/02/2019]
