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El Emigrado observador

Revistas de información general
Es uno de los siete periódicos o revistas que, tras el Trienio Liberal (1820-1823), forma parte del trabajo intelectual del exilio español en Londres. En este caso se trata de las doce entregas que fueron publicadas y estampadas por Marcelino Calero y Portocarrero (1778-1838), quien había establecido en Gosvell Road de la capital inglesa su librería e Imprenta Española. Se le atribuye la inspiración y dirección de este periódico al exministro de Hacienda José Canga Argüelles (1770-1843), que será, además, su principal redactor en materia política (José Luis Abellán: 1972). Al estar Francia bajo la monarquía reaccionaria de Luis XVIII, Inglaterra se había convertido en el principal “centro intelectual de España” de esta segunda emigración de los liberales (militares, escritores, políticos, artistas, comerciantes, profesores, científicos, abogados, médicos, etc.). Las entregas mensuales van numeradas y fechadas, y aparecieron desde julio de 1828 a junio 1829. Son de cuarenta páginas cada una, compuestas a una columna, y con foliación continuada sumarán un total de 248 páginas. En su portadilla se señala que fue elaborado “por una sociedad de españoles refugiados en Inglaterra y Francia”, y en su Prospecto se hace eco del considerable número de emigrados “deseosos del bien” de España y “conocedores de los males que le destruyen”, a quienes, como “sujetos ilustrados”, pide que sus observaciones y conocimientos en ciencias y artes puedan ser reflejadas en las páginas de esta publicación. Lo “objetos principales” del periódico serán “la ciencia política y económica, la de la legislación, la historia patria, la estadística, la literatura nacional y extranjera, y los descubrimientos e invenciones en las artes”. En su plan de publicación -“bajo la forma de una miscelánea instructiva”- además de quedar abierto a discursos de diferentes ramos del conocimiento, como el científico, el técnico, el económico, el político, el literario o el de las artes aplicadas, ofrecerá noticias, datos, documentos y comentarios o “reflexiones” sobre lo que publique la propia prensa inglesa o francesa, con el fin de instruir a “nuestros conciudadanos”, estando la publicación dirigida a la comunidad de los propios exiliados. Si se ha señalado que tuvo un carácter menos político que los otros periódicos de los emigrados españoles de este segundo periodo absolutista fernandino (Durán López y Muñoz Sempere: 2016), también se ha indicado que las tintas de su ideología se reflejan con especial interés en los textos referidos a la situación económica y social española (Alfonso Luján Díaz: 2015), siéndolo así cuando da cuenta, por ejemplo, de la aparición del Curso de economía política, de Álvaro Flórez Estrada, impreso también por editor y periodista liberal Calero y Portocarrero en Londres; o en la reproducción del Manifiesto de emigrantes de 1827. En un texto que acompaña al número 7, además de indicar que El Emigrado observador es el “único periódico” que en esa fecha (enero de 1829) “mantiene la emigración española en el país extrangero”, Los Editores –este es su epígrafe– exponen, como “manifestación de sus principios”, que “solo se proponen buscar la razón, y servir con sus débiles fuerzas a la patria que les dio el ser”, y ello “sin compromisos, nexos, pretensiones individuales, ni vasallajes capaces de ligarlos exclusivamente a una escuela, a un partido, o a una secta”. Aun así, Canga Argüelles protagonizaría lo que, a juicio de Vicente Lloréns (1954, 1968 y 2006), en su trabajo sobre la emigración española en Inglaterra (1823-1834), sería la única defección del exilio liberal, ya que utilizó las páginas de El Emigrado observador para hacer un radical viraje político en defensa de Fernando VII. Según Seoane (1996), Canga Argüelles, “viejo y desengañado, renegó en sus páginas de su pasado liberal y de sus compañeros de emigración, seduciendo a Fernando VIII con el fin de lograr el perdón y poder regresar a España”, cosa que hizo ese mismo año 1829. Al final, la colección incluye un Índice de los contenidos, que clasifica en secciones: Política, Literatura española en la emigración, Industria española en la emigración, Recuerdos históricos, Miscelánea económica y política, Resumen histórico, Cambios en Londres y Bancarrotas en Londres. Aparecen epígrafes que comienzan con Necesidad imperiosa de enfrenar de una vez las pretensiones exageradas del clero, El honor del duque de Angulema vulnerado, Santa alianza europea, Rápida ojeada sobre el estado actual de España, Sátira, hasta ahora inédita, escrita por D. Francisco Quevedo contra los jesuitas, Artes liberales y mecánicas ejercidas por españoles emigrados, Clero escocés o Dinero que de América ha venido a Inglaterra. No sólo contendrá textos de política, economía y literatura referentes a España, Europa (especialmente, Inglaterra) y América, sino que, según José Luis Abellán (1972), su “importancia real” radicaría en las numerosas noticias que ofrece sobre los propios emigrados. Además de los citados trabajos de Lloréns y Luján Díaz, entre otras referencias, citamos también la obra La prensa hispánica en el exilio de Londres (1810-1850). Los ejemplares digitalizados en esta colección corresponden a la signatura R/21565. [Descripción modificada el 22/07/2022]