Comienza a publicarse el 19 de diciembre de 1936 como “diario de Falange Española y de las J.O.N.S.”, en torno a 1964 se convertirá en el de mayor tirada (48.500 ejemplares) de la Prensa del Movimiento y, en 1977, en el más rentable, para pasar a ser propiedad de Editorial Prensa Ibérica, que lo adquirirá al Estado en subasta, el uno de abril de 1984, y seguir publicándolo como el primer rotativo asturiano en tirada y difusión. A partir de 19 de julio de 1936, Oviedo se había convertido en la única ciudad del norte de España en manos de los sublevados contra la II República Española, al mando del gobernador militar, el entonces coronel Antonio Aranda (1888-1879), y a pesar de que los sediciosos abrieron un corredor con Galicia desde el 15 de octubre, la ciudad siguió sitiada por las tropas republicanas y las milicias mineras. Para la publicación de su periódico, los falangistas habían confiscado previamente el local y la imprenta del diario socialista ovetense Avance (1931) –que pasaría a editarse en Gijón- y no pudieron publicar el segundo número de su diario hasta el dos de enero de 1937, haciéndolo a partir de entonces ininterrumpidamente. La situación de Oviedo, como retaguardia y trinchera a la vez, hará de este periódico un ejemplo singular de la prensa falangista como instrumento de propaganda ideológica totalitaria y de combate durante la guerra civil española (1936-1939), tal como señala Álvaro Fleites (2009), que ha estudiado este periodo inicial del periódico.
El nombre del diario fue idea del entonces jefe de la Falange asturiana, el catedrático Juan Francisco Yela Utrilla (1893-1950), siendo su fundador quién será además su primera director, el periodista Francisco Arias de Velasco y Sarandeses (1893-1986). Con el símbolo falangista del yugo y las flechas, junto al epígrafe “órgano regional del Movimiento”, que seguirá apareciendo en su cabecera hasta la década de los años setenta, las entregas del diario durante la guerra fue de paginación variada, entre las cuatro y las doce páginas, en las que incluyó las charlas radiofónicas que desde Sevilla dirigía el general Gonzalo Queipo de Llano (1875-1951), el Boletín Oficial del Cuartel General del Generalísimo, la Orden del día del Cuartel General de Falange, junto a noticias locales, las de la guerra en la provincia asturiana y en España y otras del extranjero, editoriales y artículos doctrinales y propagandísticos, otros laudatorios de los jefes falangistas y militares rebeldes, eslóganes ideológicos, un “Glosario de nuestra prensa”, páginas completas bajo el epígrafe “Vida de la Falange”, además de fotografías y hasta humor gráfico, y una destacada publicidad comercial. Sus redactores llegarán a alternar las armas con la elaboración del diario durante la contienda.
Durante la dictadura fue uno de los diarios de Prensa del Movimiento que alcanzó mayor difusión. En 1944, en torno a los 40.230 ejemplares; en 1964, 48.500; en 1965, 60.000, y en 1970, a los 65.000; quedando en 1974 su difusión en los 44.000 ejemplares, siguió siendo, a pesar de ello, uno de los pocos periódicos estatales rentables. En 1964, su fundador fue relevado en su larga dirección, y en 1966 accederá a ella Luis Alberto Cepeda González (1924-2003), “una persona más abierta”, tal como señala Gabriel Santillano (2006). Con el restablecimiento de la democracia española, en 1977, la difusión del diario había descendido a los 40.787 ejemplares; en 1978, a 36.757; en 1981, a 35.527, en 1982, a 33.519, y, en 1984, a los 31.321 ejemplares. Este año formaba parte del escaso número de diarios que tenían una situación económica saneada y con beneficios de los integrados en el organismo autónomo Medios de Comunicación Social del Estado, junto a los diarios Sur (Málaga), Alerta (Santander), Levante (Valencia) e Información (Alicante), y fue subastado y adjudicado por 531 millones de pesetas, el uno de abril de 1984, a Editorial Prensa Asturiana, integrada en Editorial Prensa Ibérica, propiedad del empresario de origen aragonés Javier Moll, que a partir de entonces formará un importante grupo de prensa regional española. Su director, entre 1983 y 1990, será José Manuel Vaquero Tresguerres (1947-).
Desde su privatización, el diario inició un proceso de modernización y aumento de sus tiradas, duplicándose su difusión en el periodo 1984-2005, tal como refleja la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD), convirtiéndose en uno de los diez periódicos de información general más leídos de España. Además de en Oviedo, cuenta con redacciones en Gijón, Mieres y Langreo, y elabora media docena de ediciones diarias, entre locales y comarcales.
Referencias bibliográficas para este título son las de Manuel Fernández Avello (1976), sobre la historia del periodismo asturiano; el estudio realizado sobre los tres primeros años de vida del periódico, llevado a cabo por Álvaro Flietes Marcos, en 2009; y sobre la Prensa del Movimiento, las de Juan Montabes Pereira (1986), Ricardo M. Martín de la Guardia (1993 y 1994), Carlos Barrera (1995), Juan Sánchez Rada (1996) y los trabajos de Begoña Zalbidea Bengoa, en concreto, su tesis doctoral de 1996.